Astronomía
Posible explicación para algunos enigmas del asteroide Palas
Palas fue descubierto en 1802. Es el tercer objeto más grande en el cinturón de asteroides, y su tamaño es de aproximadamente una séptima parte del de la Luna. Durante siglos, los astrónomos han notado que el asteroide gira en torno al Sol siguiendo una órbita significativamente inclinada en comparación con las de la mayoría de los objetos en el cinturón de asteroides, aunque la razón de su inclinación sigue siendo un misterio. Otro aspecto llamativo es su superficie muy craterizada.
El equipo internacional de Pierre Vernazza, del Laboratorio de Astrofísica de Marsella en Francia, y Michaël Marsset, del Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, ha llegado a la conclusión de que la acribillada superficie de Palas es el resultado de la órbita anómala del asteroide: Mientras que la mayoría de los objetos en el cinturón de asteroides viajan más o menos ceñidos a una misma “pista” elíptica alrededor del Sol, al igual que los automóviles en una pista de carreras, la órbita inclinada de Palas hace que el asteroide se abra paso en su camino a través del cinturón de asteroides en ángulo. Cualquier colisión que Palas experimente en su peculiar trazado orbital será aproximadamente cuatro veces más dañina que las colisiones entre dos asteroides en la misma pista orbital.
En resumen, la órbita de Palas implica impactos de muy alta velocidad. De ahí que sea el objeto más craterizado conocido de entre todos los astros del cinturón de asteroides.
Dos vistas del asteroide Palas, que, hasta donde se sabe ahora, es el objeto más craterizado en el cinturón de asteroides. (Imágenes: cortesía del equipo de investigación)
Observación del asteroide Palas
Los autores del nuevo estudio obtuvieron imágenes de Palas utilizando el instrumento SPHERE en el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral, un conjunto de cuatro telescopios, cada uno con un espejo de unos 8 metros de diámetro, situados en Cerro Paranal, Chile. En 2017, y nuevamente en 2019, Marsset y sus colegas reservaron uno de los cuatro telescopios varios días consecutivos para ver si podían capturar imágenes de Palas en el punto de su órbita más cercano a la Tierra.
El equipo obtuvo 11 series de imágenes, captando a Palas desde diferentes ángulos a medida que giraba. A partir de esas imágenes, los investigadores generaron una reconstrucción en 3D de la forma del asteroide, junto con un mapa de cráteres de sus polos y de partes de su región ecuatorial.
En total, identificaron 36 cráteres de más de 30 kilómetros de diámetro, aproximadamente una quinta parte del diámetro del cráter Chicxulub de la Tierra, excavado por un impacto que probablemente fue la causa de la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años. Los cráteres de Palas parecen cubrir al menos el 10 por ciento de la superficie del asteroide, lo que demuestra una historia particularmente violenta de impactos.
Los investigadores hicieron dos descubrimientos adicionales a partir de las imágenes: un punto llamativamente brillante en el hemisferio sur del asteroide y una cuenca de impacto extremadamente grande a lo largo del ecuador del asteroide.
Los autores del estudio creen que la gran cuenca de impacto probablemente fue el resultado de una colisión hace aproximadamente 1.700 millones de años por un objeto de entre 20 y 40 kilómetros de diámetro, que provocó la expulsión de fragmentos del asteroide al espacio. Las características que deberían tener tales fragmentos concuerdan con las que posee una familia de objetos que, según se ha observado, sigue a Palas actualmente.
En cuanto al punto brillante descubierto en el hemisferio sur de Palas, los investigadores aún no tienen claro qué podría ser. Su teoría principal es que la región podría ser un depósito de sal muy grande. (Fuente: NCYT Amazings)