Salud
La dieta mediterránea promueve una flora intestinal asociada a una mejor salud en la vejez
Alimentarse con una dieta mediterránea durante un año aumenta los tipos de bacterias intestinales relacionadas con el envejecimiento “saludable”, al tiempo que reduce las asociadas con la inflamación dañina en las personas mayores, indica un estudio realizado en cinco países.
Como el envejecimiento está asociado con el deterioro de las funciones corporales y el aumento de la inflamación, esta dieta podría actuar sobre las bacterias intestinales de tal manera que ayude a través de estas a frenar el avance de dicho deterioro y de la debilidad y fragilidad físicas asociadas a él.
Investigaciones previas sugieren que una dieta inadecuada en las personas mayores reduce los tipos de bacterias que se encuentran en el intestino y ayuda a acelerar la aparición de la fragilidad física.
Teniendo en cuenta los resultados de esas investigaciones, los autores del nuevo estudio se propusieron averiguar si una dieta mediterránea podría mantener una composición adecuada en el microbioma intestinal de las personas mayores y promover la conservación, o incluso la proliferación, de bacterias asociadas con el envejecimiento “saludable”.
El equipo integrado, entre otros, por Tarini Shankar Ghosh, del University College en Cork (Irlanda) y Simone Rampelli, de la Universidad de Bolonia en Italia, analizaron el microbioma intestinal de 612 personas de 65 a 79 años, antes y después de 12 meses alimentándose con su dieta habitual o bien con una dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, frutos secos, legumbres, aceite de oliva y pescado, y baja en carnes rojas y grasas saturadas, y especialmente diseñada para personas mayores.
La dieta mediterránea es rica en fruta y verdura. (Foto: James Gathany / Mary Anne Fenley / CDC)
Efectos de la dieta mediterránea
Los participantes que al comienzo del estudio sufrían fragilidad física, estaban al borde de esta, o no la tenían, vivían en cinco países diferentes: Francia, Italia, Países Bajos, Polonia y el Reino Unido.
Seguir la dieta mediterránea durante 12 meses se asoció con cambios beneficiosos en el microbioma intestinal.
Concretamente se asoció con detener la pérdida nociva de diversidad bacteriana, un aumento en los tipos de bacterias previamente asociados con varios indicadores de fragilidad reducida, como una velocidad alta al caminar y una fuerza de agarre de las manos significativa, e indicadores de una función cerebral mejorada, así como con una producción reducida de productos químicos inflamatorios potencialmente dañinos.
Un análisis más detallado reveló que los cambios en el microbioma se asociaron con un aumento en ciertas bacterias de las que se sabe que producen ácidos grasos de cadena corta beneficiosos, y una disminución en las bacterias involucradas en la producción de ciertos ácidos biliares, cuya sobreproducción está relacionada con un mayor riesgo de cáncer de intestino, resistencia a la insulina, hígado graso y daño celular.
Los resultados fueron independientes de la edad de la persona y del índice de masa corporal. (Fuente: NCYT Amazings)