Ciencia de los Materiales
Los mejores tejidos comunes para fabricar mascarillas caseras contra la COVID-19
Ante la pandemia de COVID-19, las autoridades sanitarias recomiendan que la gente lleve mascarillas protectoras en público. Debido a que las de nivel clínico son escasas y se prioriza su uso para el personal sanitario, bastantes personas están fabricando sus propias mascarillas protectoras, a partir de materiales textiles comunes. Aunque la protección que estas mascarillas caseras ofrecen es incapaz de igualar a la de las mascarillas clínicas, puede ser de gran utilidad determinar qué combinación de tejidos comunes ofrece la mejor protección posible. Este ha sido el objetivo de una investigación reciente.
Se cree que el coronavirus SARS-CoV-2, culpable de la enfermedad pandémica COVID-19, se propaga principalmente a través de gotitas liberadas al ambiente cuando una persona infectada tose, estornuda, habla o respira. Estas gotitas tienen muy diversos tamaños, pero las más pequeñas son capaces de deslizarse fácilmente a través de los huecos minúsculos entre las fibras de ciertas telas. A fin de mitigar lo más posible este riesgo, el equipo integrado, entre otros, por Abhiteja Konda, del Laboratorio Nacional de Argonne, y Gregory D. Grant, de la Universidad de Chicago, ambas instituciones en Estados Unidos, ha explorado la capacidad de los tejidos comunes, solos o en combinación, para filtrar gotitas de tamaño similar al de las expulsadas por los enfermos de COVID-19.
Los investigadores utilizaron una cámara de mezcla de aerosoles para producir partículas de entre 10 nanómetros y 6 micrómetros de diámetro. Un ventilador empujaba el aerosol a través de varias muestras de tela a una velocidad de flujo de aire correspondiente a la respiración de una persona en reposo, y el equipo medía la cantidad y el tamaño de las partículas en el aire antes y después de pasar a través de la tela.
Partículas víricas del coronavirus SARS-CoV-2, culpable de la enfermedad pandémica COVID-19, vistas a través de microscopio electrónico. (Foto: NIAID-RML)
Konda y sus colegas han comprobado que el algodón, la seda natural y el chifón pueden proporcionar una buena protección, típicamente por encima del 50 por ciento en todo el rango de tamaños desde los 10 nanómetros a los 6 micrómetros, siempre que se hayan tejido de manera lo bastante tupida. A mayor cantidad de hilos por centímetro de algodón, mejor fue la eficiencia de filtración. Por otra parte, materiales como la seda y el chifón son particularmente eficaces para excluir las partículas en la escala nanométrica (inferiores a unos 300 nanómetros), aparentemente como consecuencia de efectos electrostáticos.
Una seda de cuatro capas (utilizada, por ejemplo, a modo de bufanda o de pañuelo grande) fue sorprendentemente eficaz, con una eficiencia media mayor del 85 por ciento en todo el rango de tamaños de partículas desde los 10 nanómetros hasta los 6 micrómetros.
Teniendo en cuenta todo esto, el equipo de investigación ha llegado a la conclusión de que las combinaciones híbridas de telas como el algodón (tejido de modo bien tupido) junto con la seda, el chifón o la franela pueden proporcionar una amplia cobertura de filtración tanto en la escala nanométrica (tamaños inferiores a unos 300 nanómetros) como en el de la micrométrica (desde 300 nanómetros hasta los 6 micrómetros), probablemente debido a los efectos combinados de la filtración electrostática y la filtración física.
Sin embargo, es importante señalar que las aberturas y huecos (como los que hay entre el borde de la mascarilla y los contornos faciales) pueden degradar bastante el rendimiento. Los autores del estudio han constatado que una brecha del 1 por ciento redujo la eficiencia de filtrado de todas las mascarillas a la mitad o más, lo que pone de relieve la importancia de una mascarilla bien ajustada. (Fuente: NCYT Amazings)