La identidad de género juega un papel en la cantidad de dolor crónico que se experimenta

Las investigaciones han demostrado que el dolor crónico es una preocupación importante para la salud con costos cada vez mayores. Pero la carga no es igual, según un estudio de la Universidad de Alabama en Birmingham. El estudio, publicado en la revista Journal of Pain Research, muestra que la identidad de género puede jugar un papel más significativo en la sensación de dolor que el sexo genético.

"Nuestra investigación muestra que el tratamiento de los individuos con dolor crónico debe basarse en la identidad en contraposición al sexo genético", dijo el doctor Robert Sorge, profesor asociado del Departamento de Psicología de la Facultad de Artes y Ciencias y autor correspondiente del trabajo.

El Dr. Burel Goodin, profesor asociado del Departamento de Psicología de la Facultad de Artes y Ciencias e investigador principal, declaró: "Hemos visto que las mujeres informan de una mayor sensibilidad al dolor que los hombres en nuestros estudios anteriores". Sin embargo, los estudios a menudo equiparan 'sexo' y 'género'; pero estos nuevos datos sugieren que la identidad de género puede ser un factor crítico a considerar cuando se relaciona con la sensibilidad al dolor experimental".

Los resultados muestran que las mujeres transgénero responden a los estímulos dolorosos de manera similar a las mujeres cisgénero. Ambos grupos de mujeres muestran una mayor sensibilidad que los hombres a las presentaciones repetidas de calor, y las mujeres transgénero muestran el mayor nivel de sensibilidad a los estímulos mecánicos repetidos. Goodin y su equipo han demostrado previamente que la sensibilidad a los estímulos mecánicos repetidos estaba relacionada con la futura gravedad del dolor clínico. Los resultados sostienen que las mujeres transgénero pueden correr un mayor riesgo de sufrir dolor crónico que las mujeres cisgénero, lo que apoya la necesidad de realizar más estudios y recibir asistencia.

Robert Sorge. (Foto: UAB News)

"En nuestras manos, la identidad de género parece tener un impacto significativo en la sensibilidad al dolor, lo que apoya el reconocimiento de la identidad de género por encima del sexo genético", dijo Sorge.

Los participantes registraron el sexo genético, la identidad de género, la depresión y la ansiedad, la gravedad del dolor, la interferencia del dolor y el estigma relacionado con el dolor, y participaron en una prueba sensorial para evaluar el dolor en respuesta al calor y los estímulos. El estudio de Goodin examina las respuestas al dolor en personas que viven con el VIH y el dolor crónico, y resultó incluir a un pequeño grupo de mujeres transgénero. A través de sus esfuerzos de colaboración en el Colectivo del Dolor del Departamento de Psicología, Sorge y Goodin aprovecharon la oportunidad para explorar un interés compartido en una disparidad de dolor que no había sido reportada anteriormente.

Anteriormente, el equipo de Sorge desafió la creencia común de que los hombres y las mujeres procesan el dolor de la misma manera. En los seres humanos, la mayoría de las investigaciones existentes muestran que los hombres y las mujeres tienen una sensibilidad diferente al dolor - las mujeres son más sensibles al dolor en general - pero siempre se ha asumido que se debe a una mayor sensibilidad del sistema biológico, probablemente influenciado por las hormonas. Los datos de Goodin y Sorge son los primeros en demostrar que, en los seres humanos, el hecho de agrupar a hombres y mujeres en función de su sexo biológico puede pasar por alto factores importantes relacionados con las experiencias vividas y tener una importancia decisiva para el tratamiento médico del dolor. (Fuente: NCYT Amazings)