Zoología
La “superinmunidad” de los murciélagos que les permite transportar coronavirus sin enfermar
Se cree que diversos tipos de coronavirus capaces de infectar al ser humano, incluyendo el del MERS (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio), el del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) y recientemente el SARS-CoV-2, culpable de la enfermedad pandémica COVID-19, provienen de murciélagos. Aunque estos virus pueden causar enfermedades graves y a veces mortales en las personas, los murciélagos parecen mantenerse indemnes, por razones que durante mucho tiempo no han estado claras.
El equipo integrado, entre otros, por Vikram Misra, de la Universidad de Saskatchewan, y Arinjay Banerjee, de la Universidad McMaster, ambas instituciones en Canadá, ha descubierto cómo los murciélagos pueden ser portadores del coronavirus del MERS sin enfermarse. Este conocimiento podría aportar datos esclarecedores sobre cómo los coronavirus dan el salto a los humanos y a otros animales.
La nueva investigación se ha llevado a cabo en un laboratorio de contención biológica de nivel 3, dependiente de la Universidad de Saskatchewan.
Misra, Banerjee y sus colegas han demostrado por primera vez que las células del murciélago de la especie Eptesicus fuscus, que se alimenta de insectos, pueden ser infectadas persistentemente con el coronavirus del MERS durante meses sin que el animal enferme, debido a las importantes adaptaciones de ambos, el murciélago y el virus, trabajando juntos.
"En vez de matar las células del murciélago como el virus hace con las células humanas, el coronavirus del MERS entra en una relación a largo plazo con el anfitrión, mantenida por el sistema 'superinmunitario' del murciélago", explica Misra. "Se cree que el SARS-CoV-2 funciona de la misma manera".
Los hallazgos hechos en el nuevo estudio sugieren que las tensiones de diversos tipos a las que los murciélagos se ven sometidos, como por ejemplo otras enfermedades, favorecen que se interrumpa el equilibrio entre el sistema inmunitario y el virus, lo que suele conducir a que el virus se multiplique mucho más de lo normal.
![[Img #60241]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/05_2020/4127_la-superinmunidad-de-los-murcielagos.jpg)
Vikram Misra (izquierda) y Arinjay Banerjee. (Foto: Dave Stobbe para la Universidad de Saskatchewan)
Además, factores que propicien el contacto estrecho entre muchos animales vivos de especies distintas, como por ejemplo los mercados de alimentación al aire libre en los que los puestos de carnicería mantienen vivos a los animales hasta el momento de comenzar a vender su carne, aumentan las probabilidades de que los coronavirus salten a otras especies y de ahí a los humanos. Paralelamente, la pérdida progresiva del hábitat natural de los murciélagos probablemente los empuja a moverse por zonas a las cuales normalmente no se desplazarían.
La combinación de todas estas circunstancias parece explicar por qué los coronavirus están disfrutando de un “atajo” hacia el Ser Humano.
Según algunas estimaciones, y tomando como referencia la información hoy disponible, el coronavirus culpable de la actual pandemia ha matado al 7% de los infectados. El coronavirus del MERS infectó a una cantidad muy inferior de gente en 2012, pero mató a una de cada tres personas infectadas. No hay ninguna vacuna contra el SARS-CoV-2 ni contra el coronavirus del MERS.
Aunque los camellos son los anfitriones intermedios conocidos del MERS-CoV, se sospecha que los murciélagos son los anfitriones ancestrales.
Los coronavirus se adaptan rápidamente a la especie que infectan, tal como enfatiza Misra, pero se sabe poco sobre las interacciones moleculares de estos virus con sus anfitriones naturales los murciélagos. Un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Saskatchewan en 2017 demostró que los coronavirus de murciélagos pueden persistir en su anfitrión natural durante al menos cuatro meses de hibernación.
Cuando se exponen al virus del MERS, las células de los murciélagos se adaptan, no mediante la producción de proteínas que causan inflamación y que son el sello distintivo de la enfermedad, sino más bien manteniendo una respuesta antiviral natural, una función que se interrumpe en otras especies, incluidos los humanos. Simultáneamente, el virus del MERS también se adapta a las células anfitrionas de los murciélagos mutando muy rápidamente un gen decisivo para el mantenimiento de esta especie de tregua.
Operando juntas, estas adaptaciones dan como resultado que el virus permanece a largo plazo en el murciélago aunque volviéndose inofensivo para este, hasta que algo, como una enfermedad adicional u otros factores de estrés, altera este delicado equilibrio. (Fuente: NCYT Amazings)



