Calidad del agua en las piscinas: parámetros de control

La llegada del calor implica, inevitablemente, las ganas de refrescarse. En esta época son muchas las personas que recurren a los baños en las piscinas para intentar sofocar el calor y, ya de paso, divertirse y hacer ejercicio. Y precisamente por eso es tan importante mantener la calidad de las aguas en estos casos, porque es primordial para la salud pública.

Para tratar el agua hay que analizarla primero y así, conocer los parámetros de control y poder garantizar la calidad del agua en las piscinas. Los criterios técnico-sanitarios en cuanto a la normativa española de piscinas están regulados en el Real Decreto 742/2013 y su obligado cumplimiento recae sobre el titular de la instalación acuática y llevado a cabo por laboratorios de análisis de agua en piscinas que cumplan las condiciones establecidas en el Art. 9 del real decreto. A continuación, conoceremos todos los parámetros y su importancia.

Parámetros de control del agua de las piscinas

El control de la calidad del agua de las piscinas se basa en algunos parámetros básicos que, en caso de no cumplirse, podrían acarrean problemas de salud para las personas que se bañen en esa agua.

El parámetro principal es el pH, ya que mide la acidez y la basicidad del agua. Y ¿por qué es tan importante? Porque un correcto o incorrecto pH condicionará el modo de reacción de los productos que se utilizan para tratar el agua de las piscinas. Se debe aspirar a que el agua de la piscina tenga un pH neutro, y esto se cumple entre el 7.2 y el 7.6. Se debe analizar a diario y regularlo con los productos químicos adecuados.

La dureza es el parámetro que mide la cantidad de magnesio y de calcio. Estos elementos descontrolados pueden ocasionar averías del tipo de deteriorar tuberías y otros componentes de la piscina.

Otro parámetro es el cloro y hay diferentes tipos. El cloro residual es el porcentaje que permanece en el agua y no es eficaz en la desinfección de la misma. El cloro residual libre es el que queda en el agua tras realizar su función. Y, por último, el cloro libre es el que se encarga de la eliminación de los microorganismos y, tras desinfectar el agua desaparece.

Los parámetros microbiológicos se centran en la detección de diferentes bacterias que podrían originar daños importantes en la salud y en la piel de los bañistas. Algunas de las más comunes son E.coli, coliformes y las pseudomonas aeruginosa. Para su detección es importante recurrir a un laboratorio microbiológico que tome y analice muestras periódicamente del agua de la piscina, siempre garantizando un procedimiento adecuado.

Por último, el parámetro de la conductividad está relacionado con la presencia o no de minerales. Una cantidad excesiva modifica el olor y el sabor del agua. Al contrario, una ausencia de minerales corroe las piezas metálicas de la piscina.

Importancia de analizar la calidad del agua en las piscinas

Aunque existe la normativa general que ya hemos nombrado, cada comunidad autónoma tiene su propia normativa para asegurar las condiciones higiénico sanitarias del agua de las piscinas comunitarias. Sin embargo, ninguna de estas normas es aplicable a las piscinas de uso privado ya que no existe ninguna normativa vigente para ellas, solo son recomendaciones.

En cualquier piscina hay que tener en cuenta los cambios meteorológicos. Los días de mucho calor se evapora más agua y, con ella, los productos desinfectantes, por tanto, al reponer el agua se producen desajustes. Al contrario, los días de lluvia hay muchas partículas en suspensión que terminan en el agua de la piscina y que podrían causar problemas.

Hay analizadores muy sencillos de utilizar de modo particular y son muy rápidos, como los que funcionan con reactivos o los digitales. Es muy importante seguir las instrucciones del fabricante pero siempre es más fiable y eficaz recurrir a un laboratorio especializado en microbiología para que analice una muestra de forma exhaustiva.