Astronomía
Las probabilidades de encontrar Tierras jóvenes en el universo
La Tierra es un planeta maduro. Con su edad de unos 4.500 millones de años, hace ya mucho tiempo que dejó atrás la época en la que aún estaba muy caliente debido al proceso de formación y a los abundantes impactos de objetos cósmicos que sufrió en su infancia, cuando el escenario necesario para el surgimiento de vida se ponía a punto. Después de tanto tiempo, quedan muy pocas huellas de ese fascinante período de la historia de la Tierra que permitan averiguar detalles sobre él. Encontrar, en otros sistemas solares, planetas parecidos a la Tierra o a Marte no garantiza la obtención de datos reveladores sobre la historia de su formación, evolución geoquímica y posible instauración de las condiciones necesarias para la vida. Lo ideal sería encontrar “Tierras jóvenes”. Pero ¿cuán probable es su detección?
En una nueva investigación, realizada por el equipo de Richard Parker, de la Universidad de Sheffield en el Reino Unido, se ha llegado a la conclusión de que las posibilidades de encontrar Tierras jóvenes, o sea planetas similares a la Tierra, en sus primeras etapas de formación, son mucho mayores de lo que se pensaba anteriormente.
El equipo estudió grupos de estrellas jóvenes en la Vía Láctea para ver si estos grupos son típicos teniendo en cuenta las teorías y observaciones anteriores en otras regiones de formación de estrellas en el espacio, y para estudiar si las poblaciones de estrellas en estos grupos afectan a la probabilidad de encontrar Tierras jóvenes.
Los análisis indicaron que en estos grupos hay más estrellas como el Sol de lo esperado, lo que aumenta las posibilidades de encontrar a su alrededor Tierras jóvenes.
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Recreación artística de una de las Tierras jóvenes que deben existir en ciertas zonas de reciente formación estelar y planetaria. (Ilustración: Jorge Munnshe para Amazings / NCYT)
Las Tierras jóvenes, en muchos casos descriptibles como planetas cubiertos por océanos de magma, están básicamente experimentando las fases finales del proceso primario de construcción planetaria, lo que incluye colisiones con objetos cósmicos de variados tamaños (el “material de construcción aún no usado”), que van desde rocas hasta pequeños planetas. Ese bombardeo cósmico hace que las Tierras jóvenes se calienten tanto que sus superficies se convierten en roca fundida. Estas Tierras jóvenes, gracias a sus océanos de magma, emiten tanto calor que será posible observar el resplandor de algunas de ellas usando la próxima generación de telescopios infrarrojos. Además, es más probable detectar planetas de este tipo cerca de estrellas como el Sol.
Las ubicaciones más propicias para detectar Tierras jóvenes son grupos de estrellas jóvenes (de menos de 100 millones de años). "Sin embargo, normalmente solo contienen unas pocas decenas de estrellas cada una y anteriormente era difícil determinar si habíamos encontrado todas las estrellas de cada grupo porque se mezclan con el paisaje de fondo de la Vía Láctea", explica Parker. "Las observaciones del telescopio Gaia nos ayudaron a encontrar muchas más estrellas en estos grupos, lo que nos permitió llevar a cabo este estudio".
Los hallazgos de la investigación ayudarán a averiguar si la formación de estrellas es un proceso universal y serán un recurso importante para estudiar cómo se forman los planetas rocosos y habitables como la Tierra. (Fuente: NCYT Amazings)



