Climatología
¿Plantar nuevos bosques bastaría para detener el cambio climático global?
Plantar a gran escala nuevos bosques en zonas anteriormente libres de árboles, una práctica conocida como forestación, es aclamada como una forma eficiente de eliminar el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera y se la describe como una “solución climática natural”. Pero, ¿realmente puede esta estrategia, por sí sola, detener el cambio climático global? En un nuevo estudio se ha analizado a fondo la cuestión.
El equipo de Anping Chen, de la Universidad Estatal de Colorado en Estados Unidos, ha determinado en esta larga investigación, iniciada hace años, que el potencial de captura de carbono de la forestación muy probablemente se ha sobreestimado. Los resultados del estudio indican que las proporciones de carbono orgánico del suelo de las zonas de bosque y de la parte del subsuelo más cercano a la superficie de tales terrenos varían enormemente en los diferentes ecosistemas y climas, y estas variaciones dependen de factores como las especies de árboles, el historial del uso de la tierra y el tipo de suelo.
En 2012-13, unos investigadores de Estados Unidos y China dirigidos por Chen y Shilong Piao (de la Universidad de Pekín) recogieron muestras comparativas de suelo a diversas profundidades de 619 pares de parcelas de bosque y parcelas de referencia en todo el norte de China. Se tomaron unas 11.000 muestras de suelo.
La elección del país para tomar las muestras es relevante, porque el gobierno chino ha llevado a cabo extensas campañas de forestación como una estrategia de mitigación del cambio climático y como un intento de reducir la incidencia del polvo del desierto de Gobi.
Los autores del estudio han descubierto que en los suelos pobres en carbono, la forestación aumentó la densidad de carbono orgánico del suelo. Pero en los suelos ya ricos en carbono, resulta que la densidad de carbono disminuyó.
![[Img #60868]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/06_2020/7607_planting-new-forests-is-part-of-but-not-the-whole-solution-to-climate-change.jpg)
Los bosques pueden absorber dióxido de carbono de la atmósfera e inmovilizarlo en el suelo, pero su capacidad para ello se ha sobreestimado mucho, a juzgar por los resultados del nuevo estudio. En la imagen, árboles de un bosque estadounidense. (Foto: NPS / A. LaValle)
La conclusión a la que han llegado es que las proporciones fijas de biomasa y carbono orgánico del suelo aceptadas como correctas en estudios anteriores podrían reflejar en realidad una sobreestimación de la capacidad global de la forestación para acoger una cantidad mayor de carbono orgánico.
Los resultados pueden tener repercusiones para la gestión de bosques y para el diseño de políticas forestales. Por ejemplo, a la hora de decidir qué hacer con un terreno cuyo carbono orgánico subterráneo ya está por encima del valor de un umbral crítico, puede ser mejor dejar dicho terreno a merced de la regeneración natural forestal en vez de plantarle árboles, tal como advierte Chen. (Fuente: NCYT Amazings)



