Conducta animal
El poder de la “democracia” entre los peces supera al de sus “dictadores”
Ser el individuo más fuerte, más grande y más agresivo de un grupo puede hacer que sea capaz de dominar a los demás miembros del grupo, pero ello no despierta la simpatía de estos, quienes en situaciones complejas espontáneamente pueden decidir seguir a un individuo que sea como ellos en vez de al “matón”. Esta cuestión se ha examinado en una llamativa investigación sobre el liderazgo en grupos de ciertos peces.
El estudio es obra de científicos de la Universidad de Constanza, el Instituto Max Planck de Conducta Animal y la Universidad de Texas en Austin, las dos primeras instituciones en Alemania y la última en Estados Unidos.
Los resultados de la nueva investigación muestran que los individuos dominantes pueden influir en un grupo a través de la fuerza, pero los individuos pasivos son mucho mejores para llevar a un grupo al consenso. Estos resultados contradicen las suposiciones de que los individuos dominantes también tienen la mayor influencia en sus grupos, y aportan datos nuevos y reveladores sobre el potencial de los individuos dominantes para obstruir la comunicación eficiente y útil en las organizaciones.
"Los mismos rasgos que te hacen poderoso en un contexto pueden reducir activamente tu influencia en otros, especialmente en contextos en los que los individuos son libres de elegir a quién seguir", explica Alex Jordan, del equipo de investigación. "Los individuos dominantes pueden imponer su voluntad en el grupo siendo agresivos, pero eso también despierta en su contra la aversión social. Cuando se trata de llevar a los compañeros al consenso durante tareas más sofisticadas, son los individuos menos agresivos los que ejercen la influencia mayor. Nuestros resultados ilustran que, aunque los individuos dominantes ascienden con mayor frecuencia a posiciones de poder, pueden de hecho crear al mismo tiempo las estructuras de influencia menos efectivas".
Un macho dominante y otro subordinado, de la especie A. burtoni. (Foto: The Jordan Lab)
Las observaciones en las que se basa el estudio se hicieron en grupos de peces de la especie Astatotilpia burtoni. Los individuos de esta especie forman grupos con jerarquías sociales estrictas, en los que los machos dominantes controlan los recursos, el territorio y el espacio, tal como señala Mariana Rodríguez-Santiago, del equipo de investigación.
Los investigadores observaron el movimiento de los peces y comprobaron que en las interacciones sociales rutinarias los machos dominantes ejercían la mayor influencia sobre el grupo, mediante la táctica de perseguir y empujar a los demás. Pero al tener que afrontar una tarea más compleja, en la que los individuos podían elegir a quién seguir ya que la influencia del macho dominante no servía, eran los machos subordinados los que ejercían la mayor influencia en sus grupos sociales. En grupos con un macho subordinado como ejemplo a seguir, los peces rápidamente llegaron a un consenso sobre hacia qué luz dirigirse, moviéndose juntos como una unidad coherente para tener éxito en la tarea. Con un macho dominante como ejemplo a seguir, los grupos eran mucho más lentos para llegar a un consenso, si es que lo lograban. (Fuente: NCYT de Amazings)