Climatología
Calentamiento global y pérdida de carbono en turberas
Las turberas cubren actualmente alrededor del 3% de la masa continental de la Tierra y contienen por lo menos un tercio del carbono del suelo mundial, más carbono del que se almacena en los bosques del mundo.
Las turberas son particularmente buenas para retener el carbono debido a sus condiciones frías, húmedas y ácidas que preservan las capas de materia vegetal antigua a una profundidad de varios metros. La comunidad científica se ha interesado mucho en estas enormes reservas de carbono, preguntándose cuánto y con qué rapidez un aumento de temperatura y de sequedad en una turbera puede desencadenar procesos microbianos del tipo que libera carbono en forma de dióxido de carbono y metano en el aire. Tanto el dióxido de carbono como el metano son gases con efecto invernadero y el aumento de su presencia en la atmósfera impulsa el calentamiento global.
A fin de aclarar esa cuestión de cuándo una turbera deja de tener secuestrado al carbono y pasa a ser un emisor del mismo, se puso en marcha el proyecto SPRUCE, del Departamento de Energía del Gobierno Estadounidense, un experimento único de manipulación acerca de todo el ecosistema en los bosques del norte de Minnesota. SPRUCE utiliza una serie de recintos para exponer grandes parcelas de turberas a cinco temperaturas diferentes, con la más caliente de las cámaras experimentando un aumento de unos 9 grados centígrados, por encima y en lo profundo del subsuelo. La mitad de los recintos también recibieron niveles elevados de dióxido de carbono.
Este experimento permite a los científicos medir los efectos de las condiciones que este ecosistema nunca ha experimentado antes, proporcionando un vistazo de los posibles climas futuros.
Los recintos altamente instrumentados de SPRUCE midieron el movimiento del carbono a través de las parcelas de turbera. (Imagen: ORNL, U.S. Dept. of Energy)
El equipo de Paul Hanson, del Laboratorio Nacional de Oak Ridge en Estados Unidos y coordinador del proyecto SPRUCE, examinó tres años de datos de SPRUCE, rastreando los cambios en el crecimiento de las plantas, los niveles de agua y turba, la actividad microbiana, el crecimiento de las raíces finas y otros factores que controlan el movimiento del carbono dentro y fuera del ecosistema. Juntas, estas entradas y salidas forman lo que se conoce como el presupuesto de carbono.
En el estudio se descubrió que en solo tres años, todas las parcelas de turbera calentadas dejaron de ser acumuladores de carbono para convertirse en emisores de carbono. Este cambio fundamental en la naturaleza de la turbera se produjo incluso al nivel más modesto de calentamiento (unos 2 grados centígrados por encima de la temperatura ambiente), y mostró tasas de pérdida de carbono de 5 a casi 20 veces más rápidas que las tasas históricas de acumulación.
Las temperaturas más cálidas se tradujeron directamente en mayores emisiones de carbono, y las parcelas más cálidas de entre las calentadas experimentalmente emitieron la mayor cantidad de dióxido de carbono y metano. Los científicos se sorprendieron al encontrar una relación tan fuerte entre el calor y la pérdida de carbono. (Fuente: NCYT de Amazings)