Medicina
Las células culpables de la enfermedad inflamatoria intestinal
La enfermedad inflamatoria intestinal es un grupo de trastornos intestinales que afecta a entre seis y ocho millones de personas en el mundo. Aunque existen muchos tratamientos para la enfermedad inflamatoria intestinal, en algunos pacientes no funcionan a largo plazo, lo que deja a los afectados con una serie de problemas crónicos, desde dolor y calambres abdominales hasta deposiciones frecuentes y sanguinolentas.
En un nuevo estudio, un equipo internacional de científicos ha llegado a la conclusión de que el carácter duradero de la enfermedad inflamatoria intestinal puede deberse a un tipo de célula inmunitaria de larga vida que puede provocar una inflamación persistente y perjudicial en el tracto intestinal.
Se ha creído durante mucho tiempo que un defecto en el funcionamiento del sistema inmunitario, además de la susceptibilidad genética y ciertos cambios en el microbioma intestinal, desempeña un papel importante en la enfermedad inflamatoria intestinal. Sin embargo, los tipos de células inmunitarias implicadas y sus contribuciones específicas a la enfermedad inflamatoria intestinal no se han podido aclarar, al menos hasta ahora.
Las células T CD8+, que son un componente del sistema inmunitario, identifican y matan a las células infectadas por patógenos microbianos.
Cuando se ha derrotado a una infección, el sistema inmunitario mantiene activas unas células duraderas llamadas células T de memoria, que residen en tejidos o circulan por el cuerpo, recordando los patógenos del pasado y siempre listas para dar la alarma en caso de que reaparezcan invasores específicos.
El equipo integrado, entre otros, por John T. Chang y Gene W. Yeo, ambos de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos), descubrió la aparente existencia de varios subtipos de células T de memoria CD8+ residentes en tejidos (TRM). Son clases específicas de células de memoria que residen en los órganos una vez formadas.
Imagen, captada mediante microscopio electrónico y posteriormente procesada, de una célula T, un tipo de linfocito que desempeña una función clave en el sistema inmunitario. (Imagen: NIAID)
En las observaciones realizadas por el equipo de investigación, uno de estos subtipos de células TRM destacaba por sus altos niveles de eomesodermina, un factor de transcripción, y estaba programado para producir grandes cantidades de citoquinas y otras moléculas para matar células infectadas recientemente detectadas. La desventaja es que los niveles excesivamente altos y persistentes de algunas citoquinas pueden causar inflamación y daño tisular.
Los autores del estudio encontraron que este subtipo de células TRM inflamatorias parecía estar enriquecido en los tejidos intestinales de los pacientes con colitis ulcerosa, una forma de enfermedad inflamatoria intestinal que afecta al colon.
Los investigadores también encontraron pruebas de que este subtipo de células TRM inflamatorias puede no permanecer siempre confinado en el tejido intestinal, sino que también es capaz de escapar al torrente sanguíneo.
"Esto puede explicar por qué la enfermedad inflamatoria intestinal puede afectar no sólo a los intestinos, sino también a muchas otras partes del cuerpo", apunta la gastroenteróloga Brigid S. Boland, de la Universidad de California en San Diego y miembro del equipo de investigación.
Por su parte, Chang destaca que los hallazgos realizados en el nuevo estudio pueden ayudar a explicar por qué la enfermedad inflamatoria intestinal es crónica y de por vida, y apuntan a la posibilidad de un remedio en el futuro: actuar contra este subtipo de célula inflamatoria TRM a fin de eliminarlo, terminando así el ciclo de inflamación y daño tisular. (Fuente: NCYT de Amazings)