Ecología
La vida oculta de los arrecifes de coral muertos
Las agrupaciones de corales conforman lo que comúnmente se conoce como arrecifes de coral. Como soporte vivo, gozan de gran popularidad al ser un excelente ejemplo de ecosistema rebosante de vida; no en vano los arrecifes de coral son más productivos desde un punto de vista biológico y sustentan a más especies que cualquier otro ecosistema marino en el mundo. Los arrecifes de coral sirven de zonas de crianza y hábitat para peces y muchos otros animales marinos.
Sin embargo, un arrecife de coral puede acabar convertido en un cementerio coralino si todos o casi todos los corales que lo integran mueren, algo que puede suceder por diversas causas pero que en los últimos tiempos cuenta con una causa adicional particularmente triste: el calentamiento global, provocado por la actividad humana.
La idea que mucha gente tiene sobre los arrecifes de coral muertos es que dejan de servir como hábitats y pasan a ser zonas desoladas, siniestras y básicamente desprovistas de vida. Kenny Wolfe y Peter J. Mumby, ambos de la Universidad de Queensland en Australia, han investigado hasta qué punto esa descripción se corresponde con la situación real en los arrecifes de coral muertos.
Cuando la gente piensa en la fauna de los arrecifes de coral, a menudo piensa en los grandes invertebrados que son los que se divisan fácilmente, como los pepinos de mar, las estrellas de mar y las almejas gigantes.
Sin embargo, los arrecifes de coral muertos son más capaces de albergar animales crípticos que los arrecifes vivos. Se llama crípticos a los animales que suelen pasar desapercibidos la mayor parte del tiempo, gracias sobre todo a su capacidad de mimetizarse con el entorno o, en otros casos, simplemente por permanecer escondidos. Entre los animales crípticos figuran pequeños cangrejos, pececitos, caracoles y gusanos, todos los cuales suelen ser maestros en el arte de ocultarse en los recovecos del arrecife con la finalidad principal de eludir a sus depredadores.
Y al igual que ocurre en tierra firme con los insectos y otros animales minúsculos, la biodiversidad en algunas zonas del mar puede estar claramente dominada por estos pequeños invertebrados, tal como subraya Wolfe.
Dado que estas criaturas procuran permanecer ocultas, se requiere observar con mucha atención y esfuerzo su hábitat para encontrarlas y poder estudiarlas. Por eso, a primera vista un arrecife de coral muerto parece ciertamente estar deshabitado.
Para determinar la proporción de animales crípticos que escogen ocultarse en un arrecife de coral muerto, los autores del estudio se valieron de falsos bloques de arrecife coralino muerto, que fueron fabricados mediante impresión 3D. Esos bloques, colocados en puntos de arrecifes de coral muertos, son tomados por los animales crípticos como una parte más del arrecife y de ese modo se introducen en ellos, siendo monitorizados allí sin que se den cuenta de ello.
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Uno de los falsos bloques de arrecife coralino muerto usados en el estudio. Fue depositado en uno de tales arrecifes, cerca de la costa de una isla del archipiélago de Palaos (Palau), para atraer animales crípticos. (Foto: The University of Queensland)
Examinando esas estructuras artificiales periódicamente, los investigadores constataron la abundante presencia de animales crípticos, identificaron cambios en sus poblaciones y recopilaron datos que están permitiendo conocer mejor las redes alimentarias de los arrecifes de coral, incluyendo aspectos como de qué manera los animales crípticos contribuyen a sostener los arrecifes de coral desde el fondo de la cadena alimentaria.
Tal como Wolfe enfatiza, ha sido fascinante descubrir lo muy abundante que es la vida en los arrecifes de coral muertos y la gran biodiversidad que acoge este tipo de hábitat tradicionalmente tan incomprendido. (Fuente: NCYT de Amazings)






