Neurología
El mecanismo por el cual el plomo causa estragos en el cerebro
La exposición al plomo causa graves daños en el cerebro, con consecuencias que incluyen disminución del Coeficiente Intelectual (CI) y reducción del potencial de aprendizaje. Sin embargo, el mecanismo exacto por el cual el plomo altera las células del cerebro, en buena parte era desconocido.
Una nueva investigación, para la que se han usado técnicas avanzadas de análisis, revela ahora de manera detallada las diversas vías por las que el plomo ejerce sus efectos nocivos en el cerebro.
El equipo de Tomás R. Guilarte y Kirstie H. Stansfield, de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, examinó las vías de señalización que intervienen en la producción de Factor Neurotrófico derivado del cerebro (BDNF por sus siglas en inglés), una proteína esencial para la creación de nuevas sinapsis en el hipocampo, el centro del cerebro para la memoria y el aprendizaje.
Una vez que el BDNF es producido en el núcleo, es transportado a lo largo de un microtúbulo hacia los puntos de liberación en el axón y en las espinas dendríticas. La navegación es controlada en parte a través de la activación de una proteína. Los investigadores encontraron que la exposición al plomo, incluso en cantidades pequeñas, tiende a impedir el correcto transporte del BDNF al alterar la fosforilación en un aminoácido específico.
La obstaculización del transporte del BDNF es sólo una de las diversas formas por las que el plomo impide que el BDNF lleve a cabo sus funciones normales. Los investigadores también estudiaron cómo el plomo frena la producción de BDNF en el núcleo de la célula. Un factor importante puede ser una proteína llamada MeCP2, a la que se ha relacionado con el Síndrome de Rett y trastornos del espectro autista. La MeCP2 actúa "silenciando" la transcripción genética del BDNF.
Conociendo mejor las numerosas y complejas formas por las que el plomo daña al cerebro, se podrán desarrollar mejores terapias para reducir esos daños.
En la investigación también han trabajado J. Richard Pilsner de la Universidad de Massachusetts en Amherst, así como Quan Lu y Robert O. Wright de la Escuela de Salud Pública en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos ambas universidades.