Paleontología
El ADN revela la salud intestinal en la Europa medieval y el Medio Oriente
Un nuevo estudio explica un primer intento de utilizar métodos de detección de bacterias antiguas, pioneros en estudios de pasadas epidemias, para caracterizar la diversidad microbiana del contenido de intestinos antiguos, usando para ello dos letrinas medievales. Los resultados proporcionan una visión de los microbiomas de las poblaciones agrícolas preindustriales, lo que puede darnos un contexto muy necesario para interpretar la salud de los microbiomas modernos.
A lo largo de los años, los científicos han observado que los habitantes de las sociedades industrializadas tienen un microbioma notablemente diferente del de las comunidades de cazadores-recolectores de todo el mundo. A partir de esto, un creciente conjunto de pruebas ha vinculado los cambios en nuestro microbioma con muchas de las enfermedades del mundo industrializado moderno, como la enfermedad inflamatoria del intestino, las alergias y la obesidad. El estudio actual ayuda a caracterizar el cambio en los microbiomas intestinales y destaca el valor de las antiguas letrinas como fuentes de información biomolecular.
Piers Mitchell, de la Universidad de Cambridge, se especializa en el contenido intestinal de las personas del pasado mediante el análisis de sustratos inusuales. Observando el contenido de letrinas arqueológicas y de heces disecadas bajo el microscopio, él y su equipo han aprendido mucho sobre los parásitos intestinales que plagaron a nuestros antepasados.
"El análisis microscópico puede mostrar los huevos de los gusanos parásitos que vivían en los intestinos, pero muchos microbios en el intestino son simplemente demasiado pequeños para verlos", comenta Mitchell. "Si vamos a determinar lo que constituye un microbioma saludable para la gente moderna, deberíamos empezar a mirar los microbiomas de nuestros antepasados que vivieron antes del uso de antibióticos, la comida rápida y las otras trampas de la industrialización".
Kirsten Bos, especialista en ADN bacteriano antiguo del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y co-líder del estudio, fue la primera en mostrarse escéptica sobre la viabilidad de investigar el contenido de letrinas que habían estado fuera de servicio durante mucho tiempo.
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La letrina medieval de Riga durante la excavación. (Foto: Uldis Kaljis)
"Al principio no estábamos seguros de si las firmas moleculares de los contenidos de los intestinos sobrevivirían en las letrinas durante cientos de años. Muchos de nuestros éxitos en la recuperación de bacterias antiguas hasta ahora han venido de tejidos calcificados como huesos y cálculos dentales, que ofrecen condiciones de preservación muy diferentes. Sin embargo", dice Bos, "realmente esperaba que los datos de aquí cambiaran mi perspectiva".
El equipo analizó los sedimentos de letrinas medievales de Jerusalén y Riga, Letonia, que datan de los siglos XIV y XV. El primer desafío fue distinguir las bacterias que una vez formaron parte del intestino antiguo de las que fueron introducidas por el medio ambiente, una consecuencia inevitable de trabajar con material arqueológico.
Los investigadores identificaron una amplia gama de bacterias, arqueas, protozoos, gusanos parásitos, hongos y otros organismos, incluidos muchos taxones que se sabe que habitan en los intestinos de los humanos modernos.
"Parece que las letrinas son, en efecto, fuentes valiosas de información tanto microscópica como molecular", concluye Bos.
Susanna Sabin, que codirigió el estudio, comparó el ADN de las letrinas con el de otras fuentes, incluidos los microbiomas de las poblaciones industriales y forrajeadoras, así como de las aguas residuales y del suelo.
"Encontramos que el microbioma en Jerusalén y Riga tenía algunas características comunes: mostraban similitudes con los microbiomas de cazadores-recolectores modernos y con los microbiomas industriales modernos, pero eran lo suficientemente diferentes como para formar su propio grupo único. No conocemos una fuente moderna que albergue el contenido microbiano que vemos aquí".
El uso de letrinas, donde se mezclan las heces de muchas personas, permitió a los investigadores una visión sin precedentes de los microbiomas de comunidades enteras.
"Estas letrinas nos proporcionaron una información mucho más representativa sobre la población preindustrial más amplia de estas regiones que la que tendría una muestra de heces individual", explica Mitchell. "La combinación de pruebas de microscopía de luz y análisis de ADN antiguo nos permite identificar la asombrosa variedad de organismos presentes en los intestinos de nuestros antepasados que vivieron hace siglos". (Fuente: NCYT Amazings)



