Conducta animal
¿Un cerdo doméstico confía en humanos desconocidos tanto como un perro doméstico?
Hoy en día, en algunos países, el cerdo doméstico, especialmente el de pequeño tamaño corporal, es un animal de compañía popular que ocupa en la familia humana un nicho social similar al que ocupa el perro. Este nuevo papel del cerdo crea la necesidad de comprender mejor la relación cerdo-humano en el entorno familiar, y especialmente la relación de los cerdos con sus dueños. Una nueva investigación ha explorado la cuestión de si un cerdo doméstico confía en humanos desconocidos tanto como lo hace un perro doméstico o, por el contrario, rehúye su contacto incluso si ello implica apartarse de un humano con quien convive y junto a quien acudiría de no ser por la presencia del desconocido.
El estudio lo han llevado a cabo Paula Pérez Fraga, Linda Gerencsér y Attila Andics, todos de la Universidad Eötvös Loránd en Hungría.
Los cerdos observados en el estudio fueron criados en familias humanas desde las 6-8 semanas de edad. Ello no solo proporcionó una oportunidad única para investigar la relación cerdo-humano, sino que también permitió comparar directamente su comportamiento ante humanos con el de los perros.
Los perros son conocidos por ser especialmente sociables con los humanos desde una edad muy temprana. Incluso aquellos que tienen un contacto limitado con los humanos se acercan fácilmente a personas desconocidas y buscan la proximidad humana. Además, los perros también pueden reconocer de entre gente desconocida a las personas con las que tienen relación. Se cree que esta sociabilidad especial de los perros es el resultado tanto de su domesticación como de su socialización con los humanos durante la infancia temprana del perro. Los autores del nuevo estudio se propusieron averiguar si los cerdos domésticos, al ser mantenidos como miembros de la familia desde una edad muy temprana, como los perros, y por su condición de animales sociales, mostrarían comportamientos similares de búsqueda de proximidad a su dueño.
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En el estudio se comparó la conducta de perros y cerdos, ambos criados como mascotas en familias humanas, ante las personas con quienes conviven, acompañadas o no de una persona desconocida. (Foto: Balázs Somorjai)
En este estudio, los animales fueron llevados a una habitación en la que nunca habían estado, donde su dueño estaba acompañado por un objeto familiar o por una persona desconocida, en dos ocasiones separadas. Las mascotas podían elegir libremente estar en cualquier lugar de la habitación, por ejemplo, permanecer cerca o lejos de cualquiera de los humanos o del objeto.
Los autores del estudio comprobaron que tanto los cerdos como los perros preferían quedarse cerca de su dueño en lugar de estar cerca del objeto familiar.
Cuando el dueño de la mascota estaba acompañado por una persona desconocida, los perros preferían quedarse cerca de ambos humanos en vez de estar en otro lugar de la habitación, mientras que los cerdos preferían mantenerse alejados de las dos personas, lo que podría reflejar un ligero miedo hacia el humano desconocido.
Curiosamente, la investigación también reveló una diferencia en la forma en que las dos especies se comportan cerca de su dueño humano. "Los cerdos necesitaban más contacto físico", explica Pérez Fraga. "Tocaban al dueño con el hocico, de manera similar a como lo hacen con sus congéneres, y se subían al regazo de su dueño”. (Fuente: NCYT de Amazings)




