Climatología
El clima del mundo cuando casi toda la tierra se concentre en un supercontinente
Hace mucho tiempo, todos los continentes estaban agrupados en una gran masa de tierra llamada Pangea. El supercontinente Pangea se fragmentó hace unos 200 millones de años. Sus trozos se alejaron unos de otros apoyados en las distintas placas tectónicas. Pero la separación no será permanente. Los continentes se reunirán de nuevo en un futuro distante. Y un estudio reciente sugiere que la futura disposición de este supercontinente podría influir mucho en la estabilidad climática de la Tierra y quizá incluso en su habitabilidad.
No se sabe a ciencia cierta cómo será el próximo supercontinente o dónde estará ubicado. Una posibilidad es que, dentro de unos 200 millones de años, todos los continentes, excepto la Antártida, se unan alrededor del polo norte, formando el supercontinente "Amasia". Otra posibilidad es que alrededor del ecuador el supercontinente "Aurica" se forme a partir de todos los continentes dentro de unos 250 millones de años.
En el nuevo estudio, el equipo internacional de Michael Way, del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA (GISS, por sus siglas en inglés), utilizó un modelo climático global tridimensional para ejecutar simulaciones acerca de cómo esos dos posibles supercontinentes afectarían al sistema climático global.
El equipo descubrió que Amasia y Aurica tendrían efectos profundamente diferentes en el clima, ya que la presencia de cada uno cambiaría de manera diferente la circulación atmosférica y la oceánica.
El planeta podría terminar siendo 3 grados centígrados más cálido si todos los continentes convergen alrededor del ecuador en el escenario de Aurica.
![[Img #62640]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/12_2020/4101_el-clima-del-mundo-cuando-casi-toda-la-tierra-se-concentre.jpg)
El mapa de arriba muestra cómo podría distribuirse la tierra en el supercontinente Aurica. El de abajo muestra cómo podría distribuirse en el caso del supercontinente Amasia. Ambas posibles configuraciones futuras de la tierra se muestran en gris, superpuestas a los contornos de los continentes actuales para facilitar su comparación. (Imágenes: Way et al. 2020)
En el escenario de Amasia, con la tierra amontonada alrededor de ambos polos, la falta de tierra firme entre ellos perturbaría la “cinta transportadora” oceánica que actualmente lleva el calor del ecuador hacia los polos. Como resultado, los polos estarían más fríos y cubiertos de hielo todo el año. Y todo ese hielo reflejaría calor hacia el espacio.
Además de las temperaturas más frías, el nivel del mar probablemente sería más bajo en el escenario de Amasia, con más agua atrapada en forma sólida en los casquetes polares. Además, la mayor abundancia de nieve podría acarrear una disminución importante de la cantidad de tierra disponible para la agricultura.
Con Aurica, por el contrario, el clima sería bastante más cálido. La tierra, al estar concentrada más cerca del ecuador, recibiría mucha más radiación solar. Además, no habría casquetes polares que reflejasen al espacio el calor de la atmósfera de la Tierra. Todo ello causaría ese aumento de la temperatura global.
Aunque las costas de Aurica podrían parecerse a las paradisíacas playas de Brasil, el interior probablemente sería muy seco. En cuanto a si gran parte de la tierra sería cultivable o no, ello dependería de la distribución de los lagos y de los patrones de precipitación que experimentase el supercontinente, detalles en los cuales el presente estudio no profundiza, pero que podrían ser investigados en estudios futuros.
Las simulaciones mostraron que las temperaturas respectivas permitirían la existencia de agua líquida en aproximadamente el 60% de la tierra de Amasia, y en el 99,8% de la tierra de Aurica. (Fuente: NCYT de Amazings)



