Medicina
Tres etapas de la vida en las que beber alcohol es particularmente peligroso
Hay pruebas convincentes de los efectos nocivos del alcohol sobre la salud del cerebro humano, pero ahora unos expertos han señalado tres períodos clave de la vida en los que es probable que los efectos nocivos del alcohol sean mayores.
La investigación la han realizado Louise Mewton, de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia, Briana Lees, de la Universidad de Sídney en Australia, y Rahul Tony Rao, del King’s College de Londres en el Reino Unido.
Los autores del estudio han llegado a la conclusión de que hay tres períodos de cambios muy dinámicos en el cerebro que pueden ser particularmente sensibles a los efectos nocivos del alcohol: la gestación (desde la concepción hasta el nacimiento), la adolescencia tardía (entre los 15 y los 19 años) y la vejez (más de 65 años).
El equipo de investigación advierte de que estos períodos clave podrían aumentar la sensibilidad a los efectos de ciertas exposiciones ambientales, incluyendo el alcohol.
A nivel mundial, alrededor del 10% de las mujeres embarazadas consumen alcohol, y en los países europeos las tasas son considerablemente más altas que la media mundial.
El consumo excesivo de alcohol durante el embarazo puede causar trastornos del espectro alcohólico fetal, como por ejemplo una reducción generalizada del volumen cerebral y un deterioro cognitivo. Sin embargo, los datos sugieren que incluso un consumo de alcohol moderado o bajo durante el embarazo está significativamente asociado con peores resultados psicológicos y de comportamiento en la descendencia.
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La nueva investigación aporta datos significativos sobre los efectos nocivos del alcohol en el cerebro a lo largo de varias etapas de la vida. (Ilustración: Amazings / NCYT)
En cuanto a la adolescencia, más del 20% de los jóvenes de 15 a 19 años de edad en los países europeos y otros países con altos ingresos económicos declaran haber bebido en exceso al menos ocasionalmente (considerándose ello como consumir 60 gramos de etanol en una misma ocasión).
Diversos análisis indican que la transición al consumo compulsivo de alcohol en la adolescencia se asocia con un volumen cerebral reducido, un desarrollo más deficiente de la materia blanca (esencial para el funcionamiento eficiente del cerebro) y déficits con una gravedad de pequeña a moderada en una serie de funciones cognitivas.
Y en las personas de la tercera edad, se ha demostrado recientemente que los trastornos por consumo de alcohol son uno de los factores de riesgo modificables más importantes para todos los tipos de demencia (en particular de aparición temprana) en comparación con otros factores de riesgo bien conocidos, como la hipertensión arterial y el tabaquismo. (Fuente: NCYT de Amazings)


