Medicina
Células asesinas naturales modificadas para destruir linfomas
Los linfomas, un grupo de cánceres que comienzan en células del sistema inmunitario llamadas linfocitos. La mayoría de los linfomas surgen de las células B, un importante tipo de linfocito cuya función principal es producir anticuerpos. Solo en Estados Unidos son más de 20.000 personas las que fallecen cada año por linfomas.
Algunos tratamientos existentes para el linfoma, incluyendo anticuerpos que matan a las células B y las llamadas terapias de células CAR-T, actúan atacando a las células B de manera indiscriminada, eliminando a muchas de las no cancerosas. Esta estrategia conlleva muchos efectos secundarios adversos, incluyendo meses de inmunosupresión debido a los bajos niveles de anticuerpos.
Un equipo internacional que incluye a Peng Wu y James Paulson, ambos del Instituto Scripps de Investigación en Estados Unidos, ha desarrollado un enfoque más específico utilizando células asesinas naturales, que son células inmunitarias que normalmente patrullan por el torrente sanguíneo y los tejidos, buscando y destruyendo células infectadas o cancerosas. Estos guerreros del sistema inmunitario, también conocidos como células NK, son capaces de reconocer en la superficie de las células ciertas moléculas reveladoras que denotan que la célula que las exhibe ha sufrido daños graves o se ha vuelto maligna. Las células asesinas naturales pueden entonces matar a esa célula mediante varios métodos, incluyendo la secreción de proteínas que agujerean la membrana exterior de la célula.
A principios de la década de 1990, unos investigadores canadienses desarrollaron un tipo especial de célula NK, la NK-92. Las células NK-92 son relativamente fáciles de cultivar y multiplicar en el laboratorio, en comparación con las células NK normales que se encuentran en la sangre humana.
Los investigadores canadienses y otros han demostrado desde entonces que las células NK-92 son eficaces para matar diferentes tipos de células cancerosas, y pueden producir resultados muy buenos en algunos pacientes, con efectos secundarios mínimos. Las células NK-92MI, una versión más fácil de multiplicar de las células NK-92, están siendo ampliamente investigadas para su uso contra varios tipos de cáncer.
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Una gruesa capa de glicanos, que se ve aquí en verde, cubre las células inmunitarias y proporciona una forma de identificar marcadores específicos del cáncer en el cuerpo. (Imagen: Senlian Hong, Wu Lab, Scripps Research)
Por sí solas, las células NK-92MI pueden no ser ideales para combatir el cáncer, sobre todo ante procesos cancerosos avanzados, en parte porque se dispersan por todo el cuerpo cuando son inyectadas en el torrente sanguíneo. En el nuevo estudio, sin embargo, Wu y su equipo utilizaron técnicas químicas para modificar las células NK-92MI a fin de hacerlas concentrar su poder de lucha contra el cáncer en el linfoma.
En las pruebas de cultivo celular, la modificación trajo una gran mejora en la capacidad de las células NK para matar las células del linfoma, y estas células asesinas no dañaron a las células sanas.
Con algunos ajustes, estas células asesinas naturales modificadas también lograron un notable éxito al provocar una reducción espectacular de linfomas en ratones. (Fuente: NCYT de Amazings)



