Historia de la Medicina
El misterio del rostro de la reanimación cardiopulmonar
Se la conoce por muchos nombres: la Desconocida del Sena, la Gioconda del Sena, Resusci Annie, y La Chica Más Besada del Mundo. Era una joven cuyo cadáver fue sacado del río Sena a finales del siglo XIX en París.
No se logró averiguar su identidad. Tampoco se consiguió esclarecer qué circunstancias rodearon su muerte. Su cuerpo no mostraba señales de agresión, por lo que parecía plausible que se hubiera suicidado. Sin embargo, según otra hipótesis, fue asesinada.
Stephanie Loke y Sarah McKernon, de la Universidad de Liverpool en el Reino Unido, recopilan varias ideas sobre la identidad de la enigmática mujer y sobre las circunstancias de su fallecimiento en un estudio que se ha publicado en la revista académica BMJ (British Medical Journal), editada por la British Medical Association (Asociación Médica Británica).
El patólogo que realizó la autopsia del cadáver de la Desconocida del Sena quedó tan cautivado por su belleza que hizo que su rostro se conservara como una máscara mortuoria de yeso. Llama mucho la atención la expresión de placidez del rostro, nada que ver con la expresión de dolor y desesperación que queda grabada habitualmente en las caras de las personas que fallecen ahogadas.
En los años siguientes, se vendieron copias de la máscara en los ambientes bohemios de París.
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El rostro de la Desconocida del Sena. (Imagen: Wikimedia Commons)
En 1956, se descubrió que la respiración boca a boca puede mantener los niveles de oxígeno en la sangre de una persona que no respira, lo que llevó al desarrollo de la reanimación cardiopulmonar como técnica médica formal.
Cuando un miembro del comité de reanimación cardiopulmonar de la Asociación Estadounidense del Corazón vio que los estudiantes que practicaban la reanimación cardiopulmonar entre sí provocaban dolor e incluso el riesgo de fracturas de costillas en la persona que recibía la reanimación, comprendió que sería mucho mejor reemplazar a esta última por un maniquí lo bastante realista en cuanto a los aspectos anatómicos involucrados en la operación. Recurrió a un fabricante de muñecas, Åsmund Laerdal, para que crease un modelo realista para el entrenamiento de los estudiantes.
Mientras pensaba en cómo diseñar el modelo, Laerdal recordó una máscara de la Desconocida del Sena en la pared de la casa de sus abuelos y decidió darle ese rostro a la nueva maniquí para entrenamiento de la reanimación. Así surgió Resusci Anne.
Se estima que Resusci Annie ha ayudado a más de 500 millones de personas a entrenarse en reanimación cardiopulmonar, salvando indirectamente alrededor de 2,5 millones de vidas. (Fuente: NCYT de Amazings)



