La arrogancia de la biología (Sheila Janasoff)

El variado espectro científico da cuenta de los innumerables campos en los que la ciencia tiene una presencia reconocible. Sin embargo, algunos de esos campos han conseguido una influencia superior a las de los demás. La ingeniería domina nuestras vidas, pero también la medicina o las matemáticas, sin cuyos avances la sociedad no progresaría hacia el futuro.

La biología, entre el público en general, no suele ser considerada en la misma medida, pero la realidad es que su potencial no es inferior al de las ciencias citadas. Tanto es así que esta sociedad se ha planteado en ocasiones si es necesario ponerle límites.

La capacidad que nos ha proporcionado el descubrimiento del ADN en las células, y más aún las herramientas necesarias para su manipulación, han dado al ser humano un poder que jamás había tenido. Ahora no solo aprendemos mejor que nunca cómo funcionan los organismos, sino que, a través de la biotecnología, podemos modificarlos y cambiar su estructura y comportamiento. En ocasiones, para solucionar problemas y errores genéticos aparecidos de forma natural, en otras, simplemente para obtener beneficios de la mejora genética.

La vida, que antes se movía básicamente en el ámbito del hecho natural, es ahora un ente manipulable cuyos resultados despiertan muchas consideraciones de orden ético.

El camino hasta esta situación no ha sido corto, pero se ha acelerado en los últimos tiempos gracias a las nuevas herramientas tecnológicas. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

La contestación a esta pregunta (y otras) es uno de los objetivos de este libro. Su autora, Sheila Jasanoff, hace un repaso histórico y sociológico sobre cómo la ciencia no solo ha trabajado para descubrir los secretos de la vida, sino también para ser capaz de intervenir en ella.

Este aumento en los conocimientos ha alimentado a su vez los planteamientos que tratan de encontrar un sentido de la vida, más allá del hecho biológico, y que intentan definir lo que está bien y lo que está mal, o lo que puede mejorarse.

Este enfoque tiene sus propios peligros, según la autora, y en las páginas de su trabajo intenta traer hasta el lector los ingredientes adecuados para que podamos desarrollar un sentido crítico ante la cuestión. La vida es más que solo biología, y existen muchos otros factores a considerar, algunos de los cuales se remontan a la tradición cultural del ser humano (no matarás) y a nuestra relación con el resto del entorno vivo.

El progreso en la biología es indiscutible. Más discutible es el hecho de que la intervención científica sobre la vida se halle cada vez más en manos privadas o al servicio de objetivos no exclusivamente investigativos.

La biología se siente arrastrada hacia la resolución de problemas, dando pie a la posibilidad de crear otros nuevos. Es el control de lo que puede hacer la biología, y por qué (como modificar un cultivo para hacerlo más resistente a las sequías o para producir biocombustibles), lo que debe ser afrontado con la mayor transparencia y lo antes posible.

En la actualidad, interpretamos la vida en función de lo que las ciencias biológicas son capaces de decirnos. Pero no debemos olvidar los demás aspectos que le dan forma e importancia. Solo así estaremos protegidos sobre las consecuencias de intervenciones biológicas de vanguardia que, aunque puedan tener un sentido lógico, deberían también tenerlo desde otros puntos de vista. Algún día oiremos hablar de humanos sintéticos, o deberemos legislar sobre clones idénticos. La biología nos ayudará a superar graves enfermedades, pero también puede crearlas, como las armas biológicas.

Esa creciente omnipotencia de la biología deberá ser vigilada y acotada para no perder de vista lo que realmente es la vida y en lo que puede convertirse. El libro de Jasanoff nos aportará las claves necesarias para ser perfectamente conscientes de hacia dónde vamos y hacia dónde deberíamos ir.

Alianza Editorial. 2021. Tapa blanda, 260 páginas. ISBN: 978-84-1362-138-8

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