Paleontología
Cuando el mono se convirtió en humano
Un nuevo análisis de un famoso fósil ayuda a desvelar cuándo y cómo los humanos primitivos se bifurcaron de los simios.
Little Foot es un espécimen raro porque es un esqueleto fosilizado casi completo de un individuo de Australopithecus mucho más antiguo que la mayoría de los demás ancestros humanos. El individuo vivió hace unos 3,67 millones de años.
La criatura, probablemente una hembra anciana, medía unos 1,2 metros de altura y tenía unas piernas largas adecuadas para el movimiento bípedo. Se le dio el nombre de "Little Foot” (Pie Pequeño) porque los primeros huesos recuperados consistían en unos pequeños huesos del pie.
Los restos fueron descubiertos en una cueva de Sudáfrica en la década de 1990. Los investigadores han dedicado años a extraerlos de la materia pétrea y a someterlos a análisis de alta tecnología, el último de los cuales es el que ha proporcionado las conclusiones más definitivas.
Aunque no es tan conocido como el esqueleto de Lucy, otro individuo de Australopithecus desenterrado en África oriental en la década de 1970, Little Foot es más antiguo y más completo.
El nuevo estudio es obra del equipo internacional de Kristian J. Carlson, de la Universidad del Sur de California en Estados Unidos. Estos expertos examinaron minuciosamente los restos óseos fosilizados de Little Foot.
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Little Foot fue descubierta en la década de 1990 en una cueva de Sudáfrica y es el esqueleto antiguo mejor conservado de cualquier ancestro humano. (Foto: Paul John Myburgh)
Algunas partes de Little Foot, especialmente sus piernas, muestran rasgos humanos, incluyendo estructuras que debieron permitirle caminar erguida.
Sin embargo, la zona de los hombros tiene características que son claramente simiescas, revelando brazos sorprendentemente bien adaptados para suspenderse de las ramas o para subir y bajar de los árboles, en vez de para hacer cosas como arrojar con fuerza y precisión una lanza. En la evolución humana, estas partes anatómicas tuvieron que cambiar de forma antes de que nuestros antepasados pudieran vivir fuera de los árboles, caminar por la sabana abierta y utilizar sus brazos para funciones distintas a las de soportar el peso del individuo colgado de una rama.
En definitiva, Little Foot muestra un estado evolutivo sumamente interesante porque, en vez de ostentar una anatomía claramente humana o claramente simiesca, es una combinación de ambas a modo de instantánea que nos muestra una anatomía en plena transición desde el mono al humano y nos indica qué partes del cuerpo estaban más avanzadas en la transformación y cuáles menos. (Fuente: NCYT de Amazings)



