Paleontología
Dos caminos evolutivos separados para la habilidad de excavar madrigueras
Unos paleontólogos han descubierto, a partir de restos fósiles, dos nuevas especies de animales excavadores, similares a mamíferos, que vivieron hace unos 120 millones de años en lo que hoy es el nordeste de China. El parentesco evolutivo entre ambas especies es pequeño. Sin embargo, ambas adquirieron los rasgos necesarios para tener un estilo de vida básicamente subterráneo, caracterizado entre otras cosas por la excavación de madrigueras en las que ocultarse o incluso encontrar alimentos. Aunque al final llegaron a compartir bastantes rasgos, el camino evolutivo previo que siguió cada una de estas especies fue distinto del seguido por la otra.
La investigación es obra de un equipo internacional que incluye, entre otros, a Jin Meng, del Museo Estadounidense de Historia Natural, y Fangyuan Mao, de la Academia China de Ciencias.
Hay muchas hipótesis sobre por qué algunos animales excavan en el suelo y viven bajo tierra. Para protegerse de los depredadores, para mantener una temperatura relativamente constante (ni demasiado caliente en verano ni demasiado fría en invierno) o para encontrar fuentes de alimento como insectos y raíces de plantas. Tal como señala Meng, estos dos animales fósiles son un ejemplo muy inusual de especies que sin tener un parentesco evolutivo estrecho, acaban pareciéndose por haberles conducido la evolución hacia la incorporación de las características que todo animal excavador debe tener.
Ambas especies fósiles predecesoras de los mamíferos fueron descubiertas en la biota de Jehol, un conjunto paleontológico del Cretácico temprano, que data de hace entre 145 y 100 millones de años aproximadamente.
Uno de esos dos animales es un reptil parecido a un mamífero. Se trata de un tritilodóntido y es el primero de su clase que es identificado en esta biota. De unos 30 centímetros de longitud, recibió el nombre de Fossiomanus sinensis.
Al otro se le ha dado el nombre de Jueconodon cheni. Se trata de un eutriconodonto, primo evolutivo lejano de los marsupiales y mamíferos placentarios modernos, que eran comunes en el hábitat. Mide unos 20 centímetros de largo.
![[Img #63737]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/04_2021/4374_dos-caminos-evolutivos-separados-para-la-habilidad-de-excavar-madrigueras.jpg)
Recreación artística del aspecto aproximado que el Fossiomanus sinensis y el Jueconodon cheni tenían en vida, junto con una escena de su entorno natural que pudo ser bastante corriente en su época. (Imagen: Chuang Zhao)
Los mamíferos adaptados a la excavación tienen rasgos especializados para cavar. Los investigadores encontraron algunos de estos rasgos distintivos (incluyendo extremidades más cortas, fuertes extremidades anteriores con manos robustas y una cola corta) tanto en el Fossiomanus como en el Jueconodon. En particular, estas características apuntan a un tipo de comportamiento de excavación conocido como "excavación de rascado", realizado principalmente por las garras de las extremidades delanteras.
Ambos animales también comparten otra característica inusual: una columna vertebral extendida. Normalmente, los mamíferos tienen 26 vértebras desde el cuello hasta la cadera. Sin embargo, el Fossiomanus tenía 38 vértebras, mientras que el Jueconodon tenía 28.
El estudio sobre ambas especies, titulado “Fossoriality and evolutionary development in two Cretaceous mammaliamorphs”, se ha publicado en la revista académica Nature. (Fuente: NCYT de Amazings)



