Conducta animal
La soledad de las hormigas es más humana de lo que creemos
Los seres humanos y otros mamíferos sociales experimentan el estar aislados de su grupo como algo estresante, que tiene un impacto negativo en su bienestar general y su salud física. Las personas aisladas tienden a sentirse solas, deprimidas y ansiosas, desarrollan adicciones con mayor facilidad, su sistema inmunitario se debilita y su salud en general se deteriora.
Aunque los efectos del aislamiento se han estudiado ampliamente en mamíferos sociales como los humanos y los ratones, se sabe menos sobre cómo responden los insectos sociales en situaciones comparables, a pesar de que viven en sistemas sociales muy evolucionados. Las hormigas, por ejemplo, viven toda su vida como miembros de una misma colonia y dependen de sus compañeras de colonia para muchas cosas.
Un equipo que incluye, entre otros, a Susanne Foitzik, de la Universidad Johannes Gutenberg en Maguncia, Alemania, y a Inon Scharf, de la Universidad de Tel Aviv en Israel, estudió las consecuencias del aislamiento social en el caso de las hormigas de la especie Temnothorax nylanderi. Estas hormigas habitan en colonias de unas pocas docenas de obreras. Unas obreras jóvenes dedicadas al cuidado de crías fueron sacadas individualmente de 14 colonias y mantenidas en aislamiento durante periodos de tiempo variables, desde una hora hasta un máximo de 28 días.
Entre otros cambios de conducta, se observó que después de un período de aislamiento lo bastante largo, las hormigas tienden a descuidar su aseo personal como les ocurre a los humanos en la misma situación. Concretamente, las hormigas observadas pasaron menos tiempo limpiándose. Esta reducción del comportamiento higiénico es una característica típica de la privación social en los animales sociales, tal como señala Foitzik.
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Una hormiga de la especie Temnothorax nylanderi. (Foto: © Susanne Foitzik, JGU)
Si bien el estudio reveló cambios significativos en los comportamientos de los insectos aislados, sus hallazgos con respecto a la actividad genética fueron aún más sorprendentes… Muchos genes relacionados con la función del sistema inmunitario y la respuesta al estrés pasaron a estar menos activos en el cerebro de las hormigas aisladas. Este hallazgo concuerda con los estudios realizados en otros animales sociales que demostraron un debilitamiento del sistema inmunitario en su período de aislamiento.
El nuevo estudio se titula “Social isolation causes downregulation of immune and stress response genes and behavioural changes in a social insect”. Y se ha publicado en la revista académica Molecular Ecology. (Fuente: NCYT de Amazings)



