Psicología
¿Recordamos mejor un acontecimiento del que hicimos fotos?
Una investigación sobre lo que plantea esta pregunta, aparentemente fácil de contestar con un “Sí”, ha obtenido resultados del todo inesperados y desconcertantes.
Es una práctica habitual fotografiar los acontecimientos que más queremos recordar, como por ejemplo los cumpleaños, las graduaciones y las vacaciones. Pero hacer fotos puede dificultar el recordar la experiencia, según una nueva investigación llevada a cabo por Rebecca Lurie y Deanne L. Westerman, ambas de la Universidad de Binghamton (Universidad Estatal de Nueva York) en Estados Unidos.
Las autoras del estudio se propusieron verificar en experimentos con voluntarios si realmente tomar una foto de un evento o una experiencia influye en cuán bien la persona lo recuerda luego por sus propios medios (o sea, sin contemplar nunca las fotos que ha tomado). En la vida cotidiana, no es raro fotografiar con el teléfono móvil algo que nos interesa, y dejar la foto almacenada en el móvil hasta olvidarla.
Las investigadoras realizaron cinco experimentos con un total de 525 estudiantes universitarios en un entorno de laboratorio controlado. Los participantes vieron un conjunto de obras de arte y se les indicó que hicieran una foto de algunas de las obras con la cámara de una tableta y que solo mirasen las demás. Más tarde, las investigadoras evaluaron cuánto los participantes recordaban cada obra de arte.
En los cinco experimentos, el arte fotografiado se recordaba peor que el arte simplemente visto. Este fenómeno se encontró en las pruebas realizadas después de 20 minutos y también en las realizadas después de dos días.
Un momento clave en los experimentos del estudio era cuando los voluntarios debían fotografiar una obra de arte. (Foto: Binghamton University (State University of New York))
A menudo hacemos fotos de cosas que queremos recordar especialmente; sin embargo, la nueva investigación demuestra que, al fotografiar algo, se reducen las probabilidades de recordarlo más tarde sin ayuda de la foto. Es posible, tal como argumenta Lurie, que los sujetos de estudio confiasen inconscientemente en la cámara como garantía de que todo lo fotografiado quedaría registrado para la posteridad y que podrían consultar esa información gráfica siempre que lo quisieran. Esto debió conducirles a un relajamiento de su capacidad de memorización hacia lo que estaban fotografiando. La principal ventaja de utilizar una cámara es la posibilidad de mirar las fotos realizadas con ella, y a menudo vemos cosas en la foto que de otro modo ni siquiera habríamos descubierto. Sin embargo, también es cierto que hoy en día se tiene la tendencia a hacer más fotos que las que luego miraremos. En tal caso, el consejo que nos da Lurie es que, si intuimos que no vamos a mirar las fotos que queremos hacer, es mejor concentrarnos en disfrutar del momento y simplemente vivirlo sin fotografiarlo.
El estudio se titula “Photo-Taking Impairs Memory on Perceptual and Conceptual Memory Tests” y se ha publicado en la revista académica Journal of Applied Research in Memory and Cognition. (Fuente: NCYT de Amazings)