Salud
Datos y cambios de los fumadores en España
El tabaco es un hábito que ha incluido a casi la mitad de los españoles adultos. La relación entre la sociedad y los cigarrillos ha sido muy estrecha desde su fabricación masiva, a principios del pasado siglo. Si bien el modelo de Smoking ha ido variando, lo que no cambia es la tradición por fumar en el país.
Encuestas recientes indican que el veintidós por ciento de la población española fuma a diario, mientras que un 25 por ciento se declara exfumador. El porcentaje de fumadores ocasionales se sitúa en un dos por ciento. Esto significa que uno de cada dos españoles ha tenido, alguna vez en su vida, como práctica habitual la acción de fumar. Un dato que apunta a que unos 18 millones de españoles han tenido relación con el tabaco, siguiendo así la línea a nivel mundial. En todo el mundo, hay más de 1.300 millones de fumadores, lo que significa cerca del 25 por ciento de la población adulta; muy similar a los datos particulares de España.
La franja de edad con más fumadores entre la sociedad española es aquella situada entre 35 y 44 años para los hombres y de 45 a 54 en el caso de las mujeres. Sumando estas dos horquillas, teniendo en cuenta a ambos sexos, encontramos a cuatro millones de fumadores. El consumo de los varones es mayoritario en todas las edades y, en términos globales, representan al 65 por ciento del total, mientras que las mujeres abarcan el restante 35 por ciento.
Nuevos hábitos
El tabaco se mantiene como práctica habitual entre un importante sector población, pero cambia el formato. El llamado tabaco de liar está ganando presencia y ya supone más del 20 por ciento del total consumido en nuestro país, lo que significa siete puntos más que hace diez años. Un precio más económico y la posibilidad de fabricar un cigarrillo al gusto del consumidor son los factores que explican este cambio de tendencia.
La fabricación de papel de fumar tiene como base la pulpa de celulosa, obtenida de fibras vegetales que se seleccionan previamente. También cuenta con otros materiales como cereales, algodón, paja de arroz y lino. Respecto al proceso de fabricación, la pulpa se humedece y se estira, de manera que es posible crear hojas muy finas. Estas se dejan secar y, una vez superado este paso, es el momento de cortarlas con el tamaño correspondiente. Durante este proceso se utilizan los materiales mencionados. El último paso es empaquetarlas y distribuirlas entre los comercios donde se venden al público final.