Astrobiología
El enigma del metano en Encélado plantea la existencia de vida en esta luna
Los gigantescos penachos de granos de hielo y vapor de agua que, a modo de géiseres, brotan de Encélado, una luna del planeta Saturno, han fascinado durante mucho tiempo a los científicos y al público, inspirando investigaciones y especulaciones sobre el vasto océano que se cree que está intercalado entre el núcleo rocoso del astro y su corteza helada. Al volar entre el material expulsado y tomar muestras de su composición química, la sonda espacial Cassini detectó una concentración relativamente alta de ciertas sustancias químicas asociadas a las fumarolas hidrotermales del fondo del mar en la Tierra, concretamente dihidrógeno, metano y dióxido de carbono. La cantidad de metano encontrada fue particularmente inesperada.
Ante la ausencia persistente de una explicación clara para el fenómeno del metano en Encélado, el equipo de Regis Ferriere, profesor del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad de Arizona en Estados Unidos, se preguntó si microbios similares a los de la Tierra que se "comen" el dihidrógeno y producen metano podrían ser la explicación a la sorprendente cantidad de metano detectada por la Cassini.
La búsqueda de estos microbios, conocidos como metanógenos, en el fondo marino de Encélado requeriría misiones de inmersión profunda extremadamente complejas que difícilmente podrían llevarse a cabo antes de que transcurran varias décadas. Teniendo en cuenta esto, Ferriere y sus colegas tomaron un camino diferente y más fácil: Construyeron modelos matemáticos para calcular la probabilidad de que diferentes procesos, incluida la metanogénesis biológica, pudieran explicar los datos recolectados por la Cassini.
Los autores del estudio aplicaron nuevos modelos matemáticos que combinan la geoquímica y la ecología microbiana para analizar los datos de los penachos de Encélado y modelar los posibles procesos que mejor explicarían las observaciones.
Esta recreación artística muestra a la sonda espacial Cassini de la NASA, vista desde muy lejos, volando a través de un penacho de vapor de agua y partículas de hielo de agua que brota de la superficie de Encélado. (Imagen: NASA)
Los resultados indican que incluso la estimación más alta posible de la producción abiótica de metano (o producción de metano sin ayuda biológica) basada en la química hidrotermal conocida está lejos de ser suficiente para explicar la gran concentración de metano medida en el material expulsado. Sin embargo, si se añade la metanogénesis biológica a la mezcla, sí se podría producir suficiente metano para que coincida con las observaciones que realizó la Cassini.
En la Tierra, la actividad hidrotermal se produce cuando el agua de mar fría se filtra en el subsuelo del fondo marino, circula a través de la roca subyacente y pasa cerca de una fuente de calor, como una cámara de magma, antes de ser arrojada de nuevo hacia el exterior del subsuelo a través de las fumarolas hidrotermales. En la Tierra, el metano puede producirse a través de la actividad hidrotermal, pero a un ritmo lento. La mayor parte de su producción se debe a microorganismos que aprovechan el desequilibrio químico del dihidrógeno producido por la actividad hidrotermal como fuente de energía, y producen metano a partir de dióxido de carbono en un proceso llamado metanogénesis. Las fumarolas hidrotermales del fondo marino suelen contar a su alrededor con una amplia población de criaturas, que obtienen su sustento directa o indirectamente de la actividad de la fumarola.
La conclusión a la que ha llegado el equipo de Ferriere es que los datos de la Cassini concuerdan con la actividad microbiana de las fumarolas hidrotermales, o con procesos que no impliquen formas de vida pero que serían diferentes de los que conocemos en la Tierra.
"No estamos afirmando que exista vida en el océano de Encélado", matiza Ferriere. "Simplemente, la metanogénesis biológica parece ser compatible con los datos. En otras palabras, no podemos descartar la hipótesis de la vida como altamente improbable. Para rechazar la hipótesis de la vida, se necesitará obtener más datos en futuras misiones".
El estudio se titula "Bayesian analysis of Enceladus's plume data to assess methanogenesis". Y se ha publicado en la revista académica Nature Astronomy. (Fuente: NCYT de Amazings)