Paleontología
Los perros salvajes prehistóricos y los primeros humanos europeos
Los restos de un licaón prehistórico descubiertos recientemente a Dmanisi, Georgia, podrían ser la primera evidencia de que estos perros salvajes africanos ya se desplazaron a Europa en el Pleistoceno. La investigación sugiere que los perros pudieron convivir con los primeros humanos europeos, de los que hay restos en la misma zona.
El estudio es obra de un equipo internacional coordinado por el profesor de la Universidad de Florencia Saverio Bartolini-Lucenti, con participación del investigador Joan Madurell, del Departamento de Geología de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP), junto con investigadores del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES).
Los autores del estudio analizaron los restos de un gran perro, de hace entre 1,77 y 1,76 millones de años. Se trata del perro salvaje europeo más antiguo conocido, y precedió la expansión de estos perros desde Asia hacia Europa y África durante la era Calabresa (hace entre 1,8 y 0,8 millones de años), en el Pleistoceno.
Los investigadores han identificado diferentes estructuras dentales que sugieren que el perro de Dmanisi perteneció a la especie Canis (Xenocyon) lycaonoides, el licaón euroasiático, que se originó en Asia Oriental y podría ser el ancestro de los perros salvajes africanos actuales. Las características dentales del animal también coinciden con las de otras especies similares a los perros (cánidos) de la misma era y también actuales, que han sido identificadas como altamente carnívoras (con más de un 70% de carne en sus dietas). Estas características incluyen unos terceros premolares más estrechos y cortos que aquellos de los omnívoros, y también un carnasial largo y afilado (el diente que tritura la carne, situada en medio de la mandíbula). Los autores del estudio no han encontrado un desgaste significativo en los dientes, lo cual sugiere que el perro era un adulto joven, aunque de grandes dimensiones y de unos 30 kilogramos de peso.
Una jauría de perros salvajes prehistóricos persiguiendo a una presa (una cabra Hemitragus albus) en Venta Micena, lugar donde se desenterró un cráneo con rasgos patológicos (cráneo y mandíbula asociada VM-7000) de Canis (Xenocyon) lycaonoides. El cráneo con mandíbula presenta una marcada asimetría bilateral y agenesia de varios dientes. El perro discapacitado, cuya ausencia de canino superior probablemente lo inutilizaba para la caza, aparece corriendo muy por detrás de la jauría. Dado que el individuo consiguió sobrevivir hasta una edad relativamente avanzada, como indica el desgaste de los dientes, esto sugiere que los demás miembros de su grupo familiar le permitían alimentarse de las presas capturadas por la jauría. (Ilustración: Mauricio Antón. Imágenes de restos óseos: equipo de investigación.)
Dado que los restos de humanos encontrados previamente en Dmanisi son la evidencia directa más antigua de los primeros humanos que llegaron a Europa desde África hace aproximadamente 1,8 millones de años, este descubrimiento sugiere que los perros salvajes y los primeros humanos de la zona convivieron a Dmanisi. El licaón euroasiático pudo, entonces, dispersarse por África, Asia y Europa, tal como también sugieren otros estudios, llegando a ser uno de los carnívoros más extensos del registro fósil.
El estudio se titula “The early hunting dog from Dmanisi with comments on the social behaviour in Canidae and hominins”. Y se ha publicado en la revista académica Scientific Reports. (Fuente: UAB)