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Redacción
Martes, 07 de Septiembre de 2021
Astronomía

Una miríada de asteroides captados por radar

La astronomía mediante radares se parece a la radioastronomía pero, a diferencia de esta, no se limita a la recepción pasiva de ondas de radio provenientes del cosmos, sino que envía señales al espacio y recibe los ecos cuando rebotan en un astro. Por sus características, solo funciona con astros cercanos, dentro de nuestro sistema solar, a diferencia de la radioastronomía que puede captar ondas de los confines del universo.

 

La astronomía por radar es un campo relativamente joven. Se inició en 1946, captando los ecos de señales enviadas a la Luna. Le siguieron Venus y otros planetas cercanos. Pero han sido sobre todo asteroides los astros más estudiados por radar. Por regla general, en estos casos el asteroide sigue una trayectoria que le lleva a pasar muy cerca de la Tierra y entonces el radar puede obtener información bastante fiable de él.

 

Desde la primera observación por radar en 1968 del asteroide Ícaro (Icarus, catalogado con el número 1566), esta técnica se ha utilizado para conocer mejor las órbitas de asteroides que pasan cerca de la Tierra. Tales astros son potencialmente peligrosos porque una pequeña desviación de su trayectoria podría llevarlos a colisionar contra nuestro mundo. Las observaciones por radar pueden ampliar los cálculos sobre el movimiento futuro de tales cuerpos, pasando a abarcar décadas o siglos, y ayudando así a predecir definitivamente si un asteroide va a chocar con la Tierra, o si simplemente va a pasar cerca. Por ejemplo, las recientes mediciones por radar de Apofis, un asteroide potencialmente peligroso, ayudaron a descartar cualquier posibilidad de que impacte con la Tierra en los próximos 100 años.

 

Además, la observación por radar puede proporcionar información detallada sobre las propiedades físicas del astro que solo se podría igualar enviando una nave espacial y observándolo de cerca.

 

Dependiendo del tamaño y la distancia de un asteroide, el radar puede utilizarse para confeccionar imágenes de su superficie con gran detalle y determinar su tamaño, forma, velocidad de giro y si está acompañado o no de una o más lunas pequeñas.

 

El 14 de agosto de 2021, un asteroide con un tamaño de entre 20 y 30 metros, al que se le dio el nombre de 2021 PJ1, se acercó hasta una distancia aproximada de 1,7 millones de kilómetros de nuestro planeta. El asteroide recién descubierto no suponía una amenaza para la Tierra. Pero su aproximación a la Tierra fue histórico, ya que supuso el objeto número 1.000 de estas características observado mediante radar astronómico.

 

Y solo siete días después, se observó por radar el objeto número 1001 de estas características. Entre el 20 y el 24 de agosto, se obtuvieron imágenes por radar del asteroide 2016 AJ193 cuando pasó cerca de nuestro planeta, aproximándose hasta una distancia de unos 3,4 millones de kilómetros. Aunque este asteroide en su momento de mayor aproximación estaba más lejos de lo que estuvo 2021 PJ1 durante su máxima cercanía, sus ecos de radar fueron más claros porque 2016 AJ193 es unas 40 veces mayor, con un diámetro de 1,3 kilómetros. Las imágenes de radar revelaron detalles considerables en la superficie del objeto, incluyendo crestas, pequeñas colinas, áreas planas, concavidades y posibles rocas.

 

En el caso de 2021 PJ1, por su pequeño tamaño, la distancia hasta la que se acercó a la Tierra era demasiado grande como para poder obtener muchos detalles de los pocos ecos recibidos, pero estos fueron suficientes para al menos poder detectar la roca espacial y medir su velocidad con una precisión muy alta.

 

El equipo de Lance Benner, quien dirige el programa de investigación de asteroides mediante radar en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en el sur de California, Estados Unidos, realizó buena parte de ese trabajo usando la antena DSS-14 de 70 metros de diámetro, situada en California. Esta antena es una de las que integran la Red de Espacio Profundo (DSS) que la NASA utiliza mayormente para comunicarse con naves espaciales.

 

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La antena DSS-14. (Foto: Goldstone Deep Space Communications Complex)

 

De todos los asteroides observados por radar astronómico, más de la mitad fueron observados por el gran radiotelescopio de 305 metros de diámetro del Observatorio de Arecibo en Puerto Rico antes de que se dañara gravemente y quedara fuera de servicio en 2020. Las antenas DSS-14 y DSS-13 han observado hasta ahora 374 asteroides que pasaron cerca de la Tierra. (Fuente: NCYT de Amazings)

 

 

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