Sufrir maltrato familiar en la infancia y volverse un maltratador en la adultez

Existe el convencimiento de que los niños que se crían en un ambiente de violencia doméstica tienen más probabilidades de ejercer ellos mismos la violencia doméstica cuando son adultos.

Sin embargo, el equipo de Fiona Buchanan, de la Universidad del Sur de Australia, pone en duda que esta ruta desde la condición de víctima a la de maltratador sea tan común e inexorable como se ha venido creyendo.

Es cierto que los niños que se crían en un ambiente familiar en el que es habitual la violencia doméstica pueden sufrir como consecuencia de ello problemas psicológicos y un entorpecimiento de su maduración como persona. Y a menudo la gente asume que estos niños se convertirán en productos de lo que han vivido, emulando, cuando sean adultos, la relación paterno-filial con la que se criaron.

Pero lo que se pasa por alto es que la crianza de un niño es la suma de todas sus partes, incluyendo una serie de contextos sociales, oportunidades, limitaciones e influencias que pueden moldear sus creencias, percepciones y comportamientos.

Por eso, Buchanan y sus colegas están identificando los factores que han ayudado a los jóvenes adultos a rechazar la violencia doméstica y a establecer relaciones sanas, a pesar de haberse criado en un ambiente con abundante violencia doméstica.

La violencia doméstica es un importante problema de salud física y mental que se da en todas las edades y grupos socioeconómicos y demográficos. (Foto: ART_of_ROSH / Unsplash)

Tras un estudio piloto, la línea de investigación sigue abierta. Y Buchanan confía en que los resultados futuros demuestren que no es imposible en absoluto que las víctimas salgan fuera de ese círculo vicioso del maltratado que se convierte en maltratador. (Fuente: NCYT de Amazings)