Biología
¿Es diferente un embarazo por fecundación in vitro?
Recurrir al tratamiento de reproducción asistida, en muchos casos, ha sido la solución para concebir un embarazo luego de varios intentos fallidos. No obstante, sufrir un problema o que uno de los dos miembros de la pareja tenga una patología derivada de la esterilidad o infertilidad, puede resultar ser un proceso psicológico duro y difícil de asimilar.
Cuando una pareja decide someterse a una Reproducción Asistida son muchas las dudas que aparecen. Desean saber si es posible tener un embarazo y bebés completamente sanos.
Como sabemos que es una duda muy frecuente, en este post queremos explicar cómo se desarrolla una FIV y esclarecer las dudas que existen respecto a un embarazo natural y un embarazo in vitro.
En caso de que lo estés considerando, te recomendamos que acudas a una clínica in vitro y un profesional evaluará tu caso particular y te aclarará todas las dudas posibles.
¿En qué casos será necesario acudir a una clínica de reproducción asistida?
Como mencionamos a principios del artículo, será necesario hacerlo en caso de varios intentos fallidos. Es recomendable asistir antes de estar aproximadamente dos años intentando quedar embarazada.
Las mujeres menores de 35 años tienen una posibilidad del 25% de quedar embarazadas, por lo que a partir de esta edad, las probabilidades bajan, e incrementa la necesidad de acudir a la reproducción asistida. Una mujer que ronda los 40 años, no debería tardar más de un año antes de buscar ayuda profesional.
Además, pueden haber indicios y antecedentes médicos que indiquen la necesidad de acudir a un centro de reproducción asistida. Los siguientes, son algunos ejemplos.
Para las mujeres:
- Haber sufrido repetidos abortos espontáneos.
- Padecer endometriosis.
- Embarazos extrauterinos previos.
- Fibromas uterinos.
- Trompas de Falopio bloqueadas, por lo que el semen no puede llegar al óvulo.
- Falta de ovulación.
Para los hombres:
- Haber tenido paperas cuando niños.
- Traumatismos o cirugías en los testículos que hayan afectado la calidad del semen.
- Ausencia de espermatozoides en el semen o bajo recuento.
- Baja movilidad de los espermatozoides.
- Eyaculación precoz y ausencia de erección.
Otros factores que pueden afectar la infertilidad tanto del hombre como de la mujer:
- Haber pasado por un proceso de quimioterapia.
- Alguna ETS como la clamidia o gonorrea no tratadas.
- Enfermedades de transmisión sexual.
Al acudir a un centro de reproducción se determinarán las posibles causas de infertilidad para el caso en específico y se procederá a adoptar la técnica y métodos correctos para lograr un embarazo.
¿Existe alguna diferencia entre el embarazo por fecundación in vitro y uno natural?
Actualmente, la única diferencia que existe entre ambos embarazos es la manera de concebir el embarazo. Pero una vez realizada la transferencia del embrión, el desarrollo del embarazo sucede de la misma forma que un embarazo natural.
¿Cómo se desarrolla una FIV?
Un embarazo concebido a través de una técnica de reproducción asistida sólo se diferencia de un embarazo natural por sus inicios.
El óvulo de la paciente es fecundado en el laboratorio con el semen de la pareja y una vez convertido en preembrión se procede a su transferencia al útero para que continúe su desarrollo de forma normal.
En el momento en que este proceso siga en el cuerpo de la mujer, el embarazo sigue su curso exactamente igual que en un embarazo natural.
¿Existe un mayor riesgo de aborto en la Fecundación in vitro que en un embarazo natural?
Por lo general, el riesgo de aborto es el mismo (de un 15% a un 20%) en un embarazo natural que en fecundación in vitro.
Las probabilidades de aborto radican en otros factores de fertilidad como por ejemplo la edad de la mujer, pero el riesgo no está relacionado con el método de concepción.
Sin embargo, si el embarazo se trata a través de una donación de ovocitos a una mujer con baja fertilidad, el riesgo de abortar es aún menor, ya que los ovocitos donados provienen de mujeres jóvenes de entre 18 y 35 años.
En conclusión, la única diferencia clara entre ambos embarazos, son sus inicios. Todos los síntomas que una mujer embarazada puede tener, el desarrollo del bebé y la felicidad que se siente cuando se tiene en brazos, son exactamente iguales.