Psicología
Razonar mirando a los ojos de un robot
Una investigación ha examinado la cuestión de si la mirada de un robot con forma humana o humanoide influye en la forma de razonar de las personas en un contexto social de toma de decisiones.
En la mayoría de las situaciones de la vida cotidiana, el cerebro humano necesita ocuparse no solo de la toma de decisiones, sino también de predecir el comportamiento de las personas que nos rodean. En estas situaciones, la mirada puede ser muy informativa sobre las intenciones, los objetivos y las decisiones inmediatas de los demás. Los humanos prestamos atención a los ojos de los demás, y nuestro cerebro reacciona con mucha fuerza cuando alguien nos mira o dirige la mirada a un determinado lugar del entorno. ¿Qué ocurre cuando un robot y un humano interactúan mirándose el uno al otro?
Marwen Belkaid, Kyveli Kompatsiari, Davide de Tommaso, Ingrid Zablith y Agnieszka Wykowska, todos del Instituto Italiano de Tecnología (IIT), investigaron esta cuestión y han comprobado que cuando un robot humanoide y un humano se miran a los ojos ello afecta a la actividad neuronal humana, influyendo en los procesos de toma de decisiones, en particular retrasándolos. Así, la mirada de un robot de este tipo hace que los humanos la percibamos como una señal social. Lo descubierto en esta investigación atañe a todo lo relacionado con situaciones en las que seres humanos interactúen con robots humanoides que ejerzan de compañeros de trabajo, cuidadores de personas mayores, o prestadores de servicios de otro tipo.
Estos resultados sugieren que la mirada del robot "secuestra" los mecanismos sociocognitivos del cerebro humano, haciendo que este responda al robot como si fuera un agente social. En este sentido, "ser social" para un robot podría no ser siempre beneficioso para los humanos, interfiriendo en su rendimiento y rapidez en la toma de decisiones, aunque su interacción recíproca sea agradable y atractiva.
Ilustración de un ser humano y un robot humanoide participando en un juego competitivo y mirándose a los ojos. La humana está jugando contra el robot mientras se mide su actividad cerebral mediante electroencefalograma (EEG). (Imagen: Istituto Italiano di Tecnologia)
Wykowska y sus colegas esperan que los hallazgos del nuevo estudio ayuden a los expertos en robótica a diseñar robots que se comporten del modo más apropiado para un contexto de aplicación específico. Los robots humanoides con comportamientos sociales pueden ser útiles para ayudar en el cuidado de ancianos o niños, como en el caso del robot iCub, que forma parte de una terapia experimental en el tratamiento del autismo. Sin embargo, cuando es necesario centrarse en una tarea concreta, como suele suceder en las fábricas o en las torres de control del tráfico aéreo, por citar dos ejemplos, la presencia de un robot que emite señales sociales podría causar distracciones muy perjudiciales.
El estudio se titula “Mutual gaze with a robot affects human neural activity and delays decision-making processes”. Y se ha publicado en la revista académica Science Robotics. (Fuente: NCYT de Amazings)