Psicología
Efectos psicológicos de viajar en un coche autónomo
La conducción cooperativa, conectada y autónoma, constituye hoy en día un importante avance tecnológico que transformará nuestra movilidad y calidad de vida en el futuro. Este tipo de conducción juega un papel clave en las políticas de transporte, en aspectos relacionados con la seguridad vial, la descongestión, la descarbonización, la inclusión social, etcétera.
Desarrollar tecnologías para vehículos autónomos y conectados e investigar el impacto psicológico que tiene sobre los pasajeros viajar en un coche que toma las decisiones es el objetivo del proyecto que desde el pasado 11 de julio de 2021 se está llevando a cabo en el campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) en España.
En el estudio trabaja el grupo de investigación Factor Humano y Sistemas Inteligentes en Tráfico y Seguridad Vial de la Facultad de Psicología de la UCM dirigido por la profesora de Elisa Pérez Moreno, en colaboración con el Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (INSIA) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en España, coordinado por el profesor José Eugenio Naranjo.
Se trata específicamente de un estudio piloto sobre la percepción de riesgo que tienen los pasajeros en un vehículo autónomo.
En los ensayos se está utilizando uno de los vehículos autónomos del INSIA, que realiza recorridos por el campus de Somosaguas, en un nivel 4 de automatización. Dentro de este vehículo autónomo, se analizan aspectos relacionados con la percepción y atención de los pasajeros durante la conducción utilizando para ello el sistema de registro de movimientos oculares (Argus Science ETVision) de la Facultad de Psicología de la Complutense.
Estos ensayos permitirán conocer cómo afecta la conducción autónoma a diversos perfiles de pasajeros y la percepción de riesgo percibida, a fin de desarrollar sistemas automáticos con un mayor grado de aceptación, usabilidad y confort para los seres humanos. El ensayo real de la segunda fase del proyecto se ha realizado en circuito urbano. La tercera y última fase del proyecto realizará un ensayo que tendrá como escenario un circuito de autopista en condiciones de alta velocidad.
El equipo de la UPM y la UCM estudia el impacto psicológico que tiene sobre los pasajeros viajar en un coche autónomo. (Foto: UPM)
Cinco niveles de automatización
Para alcanzar un nivel total de automatización, que no requiera ninguna intervención humana, hace falta llegar al que se conoce como nivel 5, donde, en principio, estarían conectados todos los vehículos entre sí y con las infraestructuras, pero esa es una tecnología que hoy en día no está desarrollada. La profesora de psicología de la UCM Elisa Pérez Moreno explica que actualmente, modelos como los de Tesla que ya circulan por las calles son de nivel 2, que implican la incorporación en los vehículos de sistemas de ayuda a la conducción y donde el conductor debe estar constantemente atento a la conducción del vehículo.
El siguiente paso tiene que ser el desarrollo de tecnologías para los niveles 3 y 4, donde los vehículos conducen sustituyendo al ser humano de forma automática en determinadas circunstancias, pero “en situaciones complejas que no saben resolver le devuelven la conducción al humano, y eso es lo que se conoce como una conducción semiautónoma o coconducción”, aclara la psicóloga complutense.
En esos diferentes niveles de automatización la colaboración entre psicólogos e ingenieros es constante. Explica Pérez Moreno que llevan “años colaborando con la UPM, por ejemplo, diseñando sistemas como el de velocidad segura o el de ayuda a la incorporación, de nivel 2, en los que se analizaba si los dispositivos suponían una distracción para el ser humano; qué tipo de dispositivo era más usable; o si el conductor frenaba o aceleraba cuando el dispositivo lo indicaba”. Todo eso se hizo primero en ensayos de simulación en la Facultad de Psicología y después se comprobó en situación de tráfico real con vehículos del INSIA, todo ello financiado mediante proyectos de la Dirección General de Tráfico (DGT) y del Ministerio de Ciencia e Innovación, de España. (Fuente: UPM)