Astronomía
Nube cósmica de escombros por colisión entre astros
La mayoría de los planetas y satélites rocosos de nuestro sistema solar, incluidos la Tierra y la Luna, se formaron o moldearon mediante colisiones masivas al principio de la historia del sistema solar. Al chocar entre sí, los cuerpos rocosos pueden hacer que se acumule junto más material si se fusionan, o pueden romperse en múltiples cuerpos más pequeños.
Unas observaciones que realizó tiempo atrás el telescopio espacial Spitzer de la NASA revelaron evidencias de colisiones de este tipo alrededor de estrellas jóvenes donde se están formando planetas rocosos. Sin embargo, datos como el tamaño de los objetos implicados no pudieron obtenerse con esas observaciones.
Ahora, el equipo de Kate Su, de la Universidad de Arizona en Estados Unidos, ha presentado los resultados del análisis de las primeras observaciones de una nube de escombros de una de estas colisiones. Se obtuvo mucha información vital cuando la nube, desde la perspectiva visual de la Tierra, pasó por delante de su estrella y bloqueó brevemente su luz.
Se trata del sistema solar de la estrella HD 166191, la cual tiene “solo” 10 millones de años de edad (el Sol tiene unos 4.600 millones). En el entorno de HD 166191, el polvo sobrante de su formación se ha agrupado para formar cuerpos rocosos llamados planetesimales, que son semillas de futuros planetas. Una vez que el gas que antes llenaba el espacio entre esos objetos se ha dispersado, las colisiones catastróficas entre ellos son habituales.
Analizando las características de la nube, y teniendo en cuenta el tamaño y el brillo de la estrella, Su y sus colegas han logrado deducir el tamaño de los objetos que colisionaron.
Recreación artística del resultado de una colisión entre dos astros rocosos del tamaño de un asteroide. (Ilustración: NASA JPL / Caltech)
Para producir una nube tan grande (del tamaño de una estrella), los objetos de la colisión principal debían tener el tamaño de planetas enanos o asteroides grandes, como Vesta en nuestro sistema solar, un objeto de 530 kilómetros de diámetro situado en el cinturón principal de asteroides entre Marte y Júpiter.
La investigación también revela que el choque inicial generó suficiente energía y calor para vaporizar parte del material. También desencadenó una reacción en cadena de impactos entre los fragmentos de la primera colisión y otros cuerpos pequeños del sistema, que probablemente crearon una cantidad significativa del polvo observado por el telescopio espacial Spitzer.
El estudio se titula “A Star-sized Impact-produced Dust Clump in the Terrestrial Zone of the HD 166191 System”. Y se ha publicado en la revista académica Astrophysical Journal. (Fuente: NCYT de Amazings)