Biométrica
Identificar a las personas por los latidos de su corazón
En un revolucionario estudio se ha determinado que mediante un algoritmo los latidos del corazón pueden ser utilizados como una herramienta biométrica para identificar a las personas.
La biometría es la ciencia que explora la identificación de seres humanos y animales a través de medidas biológicas o características físicas, por ejemplo, las huellas dactilares o el iris del ojo. En este sentido, las herramientas basadas en biometría son cada vez más utilizadas en campos como la seguridad, para complementar o sustituir los sistemas de contraseñas; y la administración civil, en el registro y provisión de documentos de identidad.
La nueva investigación, llevada a cabo por un equipo internacional con participación de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) en España, plantea una técnica innovadora para identificar a los individuos, basándose en las particularidades exclusivas del latir de su corazón. Para ello, se emplean electrocardiogramas (ECG) y se analizan cinco cualidades musicales: dinámica, ritmo, timbre, tono y tonalidad —comúnmente utilizadas para caracterizar archivos de audio—, aplicándolas al sonido de los latidos. De esta manera, se obtiene una combinación de parámetros a partir de estas cinco cualidades, que es única para cada persona y que cuenta con una tasa de precisión del 96,6 por ciento.
«La identificación biométrica basada en registros cardiacos se ha estudiado desde hace años, probando ser efectiva. La principal novedad que aporta nuestro trabajo es que consideramos el registro ECG, que es una señal temporal, como si fuera una onda de sonido. A partir de ahí, analizamos dicha onda de sonido utilizando las cualidades que se usan habitualmente para caracterizar la música», explica Carmen Cámara, investigadora del Departamento de Informática de la UC3M.
El estetoscopio es un instrumento clásico para escuchar los latidos del corazón y detectar anomalías en el ritmo o de otro tipo, pero el nuevo sistema ofrece capacidades analíticas que van mucho más allá. (Foto: Debora Cartagena / CDC)
La principal ventaja de la nueva técnica es la universalidad de sus identificaciones, ya que, a día de hoy, ciertas personas todavía no pueden ser reconocidas por determinados tipos de biometría —en casos de lesiones, amputaciones o características físicas discapacitantes—, pero el latido del corazón es una bioseñal que está presente en todos los seres humanos vivos, sin excepción. Otra ventaja es su bajo coste y su funcionamiento no invasivo: «A día de hoy, ya existen pulseras y relojes inteligentes que realizan el registro ECG, de modo que bastaría con instalar en ellos una aplicación que haga uso de nuestro algoritmo de identificación», comenta el investigador Pedro Peris-López, también del Departamento de Informática de la UC3M.
Actualmente, esta técnica continúa en fase de desarrollo. Aunque el futuro de la identificación cardiaca resulta prometedor, los investigadores afirman que aún deben seguir trabajando en esta línea de investigación y desarrollo antes de plantear la comercialización. Uno de los aspectos críticos de este estudio consiste en analizar el comportamiento del sistema en función de las diferentes actividades que realice la persona, como pasear, correr, descansar, realizar un esfuerzo físico o verse en una situación de estrés. Además, se deben tener en cuenta factores como la utilización de marcapasos o los efectos de una arritmia.
La edad también es un factor a tener en cuenta: Debido al envejecimiento de la persona, su señal cambia ligeramente con el paso del tiempo. El equipo de Cámara estima que cada cinco años se requerirá reajustar el sistema para su usuario.
Cámara y sus colegas exponen los detalles técnicos de su avance en la revista académica Biomedical Signal Processing and Control, bajo el título “ECGsound for human identification”. (Fuente: UC3M)