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Redacción
Jueves, 02 de Junio de 2022
Paleontología

Cuando los cocodrilos andaban erguidos

Las icnitas (huellas fósiles) atribuidas a cocodrilos no son muy abundantes en el registro fósil mundial, pero la provincia de Soria en España es una excepción. En esta zona de la península Ibérica se han encontrado pisadas de cocodrilos que convivieron con los dinosaurios en el Cretácico inferior, hace unos 145 millones de años. Es uno de los pocos lugares del planeta donde se han encontrado rastros de estos reptiles.

 

Ahora, un equipo investigador del grupo Aragosaurus-IUCA, de la Universidad de Zaragoza (UNIZAR) y del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP), ha analizado las huellas de un tipo de cocodrilo conocido con el nombre científico de Crocodylopodus, descubiertas en el pueblo de Bretún (Soria). Aunque estas huellas se encontraron hace más de 20 años, ha sido recientemente cuando los investigadores han estudiado en detalle su morfología para esclarecer sus diferencias y relacionarlas con la forma de locomoción de estos animales. Las conclusiones han resultado ser bastante sorprendentes.

 

“Por su forma, las huellas de estos cocodrilos fósiles se asemejan mucho a las de los cocodrilos actuales, tanto en las marcas de las manos como en las de los pies. Sin embargo, nos llamaron la atención algunas diferencias en los rastros, es decir, en la secuencia de huellas que dejaban al caminar”, explica Diego Castanera, miembro del grupo Aragosaurus-IUCA (UNIZAR) e investigador del ICP que ha liderado el estudio. Al compararlos con rastros de cocodrilos actuales, vieron que eran considerablemente más estrechos y con los pies y las manos más pegados entre sí. “Además, no presentan marcas de la cola, la tripa o del arrastre de las extremidades, algo muy habitual en los rastros de cocodrilos actuales”, apunta Castanera.

 

La comparación de las icnitas con una gran cantidad de datos de huellas fósiles y actuales ha llevado a los investigadores a concluir que estos cocodrilos extintos caminaban en una posición más erguida y de una forma más ágil que los cocodrilos actuales.

 

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Fotografía de uno de los rastros de Crocodylopodus analizados. (Foto: UNIZAR)

 

La mayoría de icnitas estudiadas son de pequeño tamaño, de un máximo de 7 cm de largo y se estima que corresponden a cocodrilos de no más de un metro de longitud. A lo que no han podido dar respuesta los investigadores es a la presencia de huellas de tres tamaños distintos. “Podría tratarse de animales en diferentes estadios ontogenéticos, es decir, de distintas edades o bien pueden ser debidas al dimorfismo sexual, en el que las huellas de machos y hembras sean de distintos tamaños. O incluso podría ser que se dieran las dos circunstancias a la vez”, indica Eduardo Puértolas-Pascual, investigador de la Universidad de Zaragoza y coautor del estudio.

 

Los autores del estudio también recopilaron los datos de las especies de cocodrilos que habitaron la península Ibérica en el Cretácico inferior para intentar determinar qué especie es la autora de las huellas. Sin embargo, con los datos actuales no se puede concluir a qué grupo concreto de cocodrilos pertenecen. “Aunque pensamos que sería alguna especie dentro del grupo de cocodrilos conocidos como los neosuquios, no sabemos exactamente qué subgrupo o especie las produjo”, explica Púertolas-Pascual. Hay varios candidatos, entre los que se encuentran Goniopholis, Atoposaurus o Bernissartia, que eran los dominantes de los ecosistemas en aquel momento. “Lo que sí sabemos es que posiblemente el productor tenía unas extremidades delanteras más largas en relación con la longitud total del cuerpo, un centro de masas localizado más hacia adelante y una cola más ligera o corta que los actuales. Estos cocodrilos estarían mejor adaptados para la locomoción en medios terrestres”, concluye el investigador.

 

Este nuevo estudio es una muestra más de la importancia de las icnitas para reconstruir la locomoción de seres extintos y además un nuevo ejemplo de la importancia científica que tienen los yacimientos de las Tierras Altas de Soria. 

 

El estudio se titula “A new look at Crocodylopodus meijidei: implications for crocodylomorph locomotion”. Y se ha publicado en la revista académica Journal of Vertebrate Paleontology. (Fuente: UNIZAR)

 

 

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