Psicología
Recluirse en el dormitorio y no querer salir ni ver a nadie
En Japón se llama “hikikomori” a la situación en la que una persona evita a toda costa salir de su habitación y se aísla de la sociedad y hasta de los miembros de su familia con quienes comparte domicilio, durante un periodo superior a seis meses. Se estima que el hikikomori, también descrito como "retraimiento social patológico", afecta a más de un millón de personas en Japón en la actualidad.
El caso típico es el de un joven que no soporta la presión de tener que estudiar e ir a la escuela y que, incapaz de seguir afrontando el estrés, abandona todo eso y deja de relacionarse con las personas, incluyendo sus padres y otros familiares. Puede pasarse el día durmiendo y por la noche entretenerse jugando a videojuegos o realizando otras actividades lúdicas en su habitación. Le dejan la comida en la puerta de su dormitorio y solo sale de él para recogerla y dejar fuera los platos y demás, y para otras cosas en las que salir de la habitación resulte imprescindible.
Aunque el hikikomori se ha identificado históricamente como un síndrome ligado a la cultura japonesa, en las últimas décadas se ha demostrado que se está convirtiendo en un fenómeno mundial, y algunos expertos temen que la pandemia de COVID-19 haya catalizado una oleada mundial de nuevos pacientes de hikikomori. En este caso, el miedo a enfrentarse a las exigencias de la vida académica se ha reemplazado por el miedo a enfrentarse al riesgo de contagio.
El equipo de Takahiro A. Kato y Daiki Setoyama, de la Universidad de Kyushu en Japón, ha realizado una extensa investigación en la que ha buscado bases biológicas para el hikikomori. Aunque los fundamentos sociológicos del trastorno se estudian profusamente desde hace tiempo, todavía siguen existiendo importantes lagunas en el conocimiento de sus aspectos biológicos.
Se estima que solo en Japón hay ahora más de un millón de personas con hikikomori. (Foto: Kyushu University)
"Enfermedades mentales como la depresión, la esquizofrenia y el trastorno de ansiedad social se observan ocasionalmente en individuos con hikikomori. Sin embargo, nuestras investigaciones anteriores demuestran que no es tan sencillo, y que se trata de un trastorno complejo en el que se solapan diferentes elementos psiquiátricos y no psiquiátricos", explica Kato. "Entender lo que ocurre biológicamente nos ayudará mucho a diagnosticar y tratar a las personas con hikikomori".
Kato y sus colegas han identificado una serie de biomarcadores sanguíneos que son muy útiles para detectar el hikikomori.
De entre los hallazgos, cabe destacar que en la sangre de los hombres con hikikomori, los niveles de ornitina y la actividad de la arginasa sérica eran mayores, mientras que los niveles de bilirrubina y arginina eran menores. Tanto en los hombres como en las mujeres con hikikomori, los niveles de acilcarnitina de cadena larga eran más altos.
La ornitina es un aminoácido producido a partir del aminoácido arginina con la ayuda de la enzima arginasa. Estas moléculas son vitales en muchas funciones corporales, como la regulación de la presión arterial y el ciclo de la urea.
La bilirrubina se genera cuando el hígado descompone glóbulos rojos y suele utilizarse como marcador de la función hepática adecuada. Se ha observado que los pacientes con depresión grave y trastorno afectivo estacional tienen niveles más bajos de bilirrubina en la sangre.
Por último, las acilcarnitinas desempeñan un papel importante en el suministro de energía al cerebro. Sus niveles disminuyen cuando los pacientes con depresión toman inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en los pacientes con depresión, en los pacientes con hikikomori solo las acilcarnitinas de cadena larga están elevadas, mientras que las acilcarnitinas de cadena corta permanecen igual.
Utilizando como marcadores esos perfiles bioquímicos, el equipo de Kato y Setoyama ha conseguido distinguir entre individuos sanos y pacientes con hikikomori, así como determinar la gravedad de la enfermedad.
Los autores del estudio esperan que estos hallazgos conduzcan a mejores tratamientos especializados y a un apoyo más eficaz para las personas con hikikomori.
El estudio se titula “Blood metabolic signatures of hikikomori, pathological social withdrawal”. Y se ha publicado en la revista académica Dialogues in Clinical Neuroscience. (Fuente: NCYT de Amazings)