Astrogeología
El asombroso subsuelo del asteroide Bennu
Un análisis de datos obtenidos por una nave que investigó a Bennu revela características físicas sorprendentes de la estructura de este astro.
Bennu es un asteroide de unos 500 metros de diámetro, explorado por la sonda espacial OSIRIS-REx de la NASA. La nave partió de la Tierra en 2016 y llegó a Bennu en 2018. Allí realizó una extensa serie de observaciones, incluyendo un breve descenso a la superficie para recoger muestras del suelo. El 10 de mayo de 2021 emprendió el viaje de regreso a la Tierra. El objetivo del viaje de vuelta es depositar en la superficie de la Tierra una cápsula con las muestras recogidas. Sin embargo, una parte importante de la información obtenida por la OSIRIS-REx ya está siendo estudiada y comienzan a surgir sorpresas.
Los datos recopilados durante la toma de muestras del asteroide Bennu por la OSIRIS-REx muestran que la superficie del asteroide está hecha esencialmente de “escombros” de baja cohesión. Así puede deducirse de los resultados de dos investigaciones recientes, una publicada en Science y la otra en Science Advances, dos revistas académicas.
En el estudio publicado en Science Advances por el equipo de Kevin Walsh, del Instituto de Investigación del Sudoeste (SwRI) en Estados Unidos, se analizaron las fuerzas experimentadas por la sonda espacial, encontrándose que la baja gravedad de Bennu ha dado lugar a un lecho superficial granular con débil cohesión entre las partículas.
El asteroide Bennu expulsando partículas desde su superficie. (Foto: NASA Goddard / University of Arizona / Lockheed Martin)
El lugar en el que la OSIRIS-REx efectuó su descenso para recoger muestras es el interior de un cráter de 20 metros apodado Nightingale ("ruiseñor"). Cuando la nave tocó suelo, el mecanismo de adquisición de muestras (TAGSAM) de la nave hizo contacto y comenzó a hundirse en la superficie del asteroide antes de liberar un chorro de gas nitrógeno que movilizó material del subsuelo y lo guió a una cámara de recogida. Mediante el análisis de imágenes y datos espectrales tomados durante y después de la obtención de la muestra, el equipo de Dante Lauretta, de la Universidad de Arizona en Estados Unidos, ha descubierto que el material subterráneo es más oscuro y contiene más partículas finas que el de la superficie. Este proceso generó un penacho de escombros y un nuevo cráter elíptico de 9 metros de largo.
Walsh y sus colegas investigaron las propiedades físicas del material hasta 10 centímetros por debajo de la superficie de Bennu utilizando imágenes y datos de acelerómetro. Reconstruyeron las fuerzas ejercidas sobre la nave espacial en el corto lapso de tiempo entre el momento en que entró en contacto por primera vez con la superficie de Bennu y el momento en que se liberó el gas nitrógeno. El equipo de Walsh ha descubierto que el material cercano a la superficie está poco compactado y es menos denso que la media del conjunto del asteroide, con cohesión muy baja. La alta porosidad y la baja resistencia del material permiten que el polvo y otras partículas pequeñas se muevan hacia el subsuelo del asteroide.
Los datos espectrales y térmicos recopilados durante la misión sugieren que estos resultados se aplican a todo el asteroide y no son exclusivos del sitio de muestreo. (Fuente: AAAS)