Arqueología
Miden cuánto se regaba en dos zonas agrícolas medievales del País Vasco
La mayor parte de la información hoy disponible sobre la agricultura en la Edad Media procede de las fuentes escritas, que cubren principalmente los últimos siglos del periodo y no ofrecen información precisa.
Un equipo, en el que ha participado la Universidad del País Vasco, ha utilizado una metodología inédita en yacimientos medievales de la península Ibérica con la cual se ha logrado obtener datos agrícolas sobre toda la Edad Media y de contextos para los cuales no se disponía de evidencias escritas directas.
Así lo destaca Maite Iris García Collado, investigadora postdoctoral del Área de Arqueología de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), que se encuentra en este momento realizando una estancia en la Universidad de York. recientemente se han publicado los resultados de este estudio, basado en buen parte en análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno en 50 muestras de semillas de los yacimientos medievales de Zornoztegi y Aistra (Álava), fechadas entre los siglos IV y XIV d.C.
“Con esos datos hemos podido determinar los niveles de irrigación y abonado que se practicaban -explica García Collado-.
El estudio también ha ayudado a reconstruir las prácticas agrarias de las sociedades medievales de la zona.
Esa técnica permite caracterizar de forma cuantitativa las prácticas agrarias del pasado, especialmente en lo que respecta a la disponibilidad de agua y el abonado. Además, es la primera vez que se aplica la metodología de forma sistemática a yacimientos medievales de la península ibérica. “Así podemos afirmar que en los asentamientos medievales de Zornoztegi y Aistra se cultivaron trigo y cebada caracterizados por niveles bajos y moderados de irrigación y abonado prácticamente nulo. Aun así, las muestras de trigo apuntan a que la selección de parcelas con mayor disponibilidad de agua o intervenciones humanas para mejorarla fue mayor en la aldea de Zornoztegi que en Aistra”.
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Semillas carbonizadas de trigo del yacimiento medieval de Zornoztegi. (Foto: Maite Iris García Collado)
Por otra parte, esta investigación también presenta indicios de la posible aplicación de la rotación de cultivos usando leguminosas para fertilizar los suelos desde la Alta Edad Media. Esos resultados, que revelan aspectos de las estrategias agrarias adoptadas por comunidades rurales medievales hasta ahora desconocidos, animan a seguir trabajando sobre ese tema, analizando conjuntos de datos más grandes y ampliando geográfica y cronológicamente los casos de estudio.
“Otras cosas interesantes que hemos descubierto son diferencias importantes entre los dos yacimientos, que nos ayudan a entender los roles económicos, sociales y políticos de cada uno. Zornoztegi era una aldea campesina en la que no se observan diferencias entre los grupos familiares, mientras que Aistra era un lugar central en la región donde hay indicadores de la presencia de élites locales y que probablemente servía como centro de recaudación fiscal. Inicialmente pensábamos que las semillas encontradas en Aistra, al proceder de rentas, habrían sido más diversas. Sin embargo, la variabilidad era similar en ambos contextos e incluso observamos una posible mayor inversión de trabajo en las de Zornoztegi. No obstante, la falta de datos isotópicos sobre las prácticas agrarias durante la época romana ha limitado nuestra investigación, lo que hubiera sido fundamental para evaluar adecuadamente los cambios e innovaciones que ocurrieron durante la Edad Media”, concluye la investigadora.
El estudio se titula “First Direct Evidence of Agrarian Practices in the Alava Plateau (Northern Iberia) During the Middle Ages Through Carbon and Nitrogen Stable Isotope Analyses of Charred Seeds”. Y se ha publicado en la revista académica Environmental Archaeology. (Fuente: UPV/EHU)



