Energía solar
¿Qué es la energía solar?
El mundo está viviendo una crisis energética sin precedentes en las últimas décadas. La economía mundial fuertemente petrodependiente, al menos en Occidente y los países más desarrollados, está experimentando desde hace meses un encarecimiento continuo de las energías fósiles: petróleo, carbón y gas natural.
En ese escenario, las renovables se presentan como el futuro, o mejor dicho, como el presente. La comunidad científica lleva años advirtiendo de la necesidad de una transición hacia fuentes de energía más limpias y, sobre todo, que no se basen en la extracción de recursos finitos, como pueden ser el carbón, el gas natural o el petróleo.
Hasta tal punto llega el problema en Europa, un continente importador de energía, que la Comisión Europea ha declarado la energía nuclear y el gas natural como energías verdes, por su menor contribución al cambio climático en forma de emisiones de gases de efecto invernadero.
Ante este panorama, el camino a seguir pasa por seguir potenciando las renovables, como la energia solar. Esta tipología de energía, clave para la sostenibilidad, es la que se obtiene por la luz o el calor del sol, y sirve para producir electricidad o calor.
¿Qué es la energía solar?
La solar, en sus diferentes opciones, es una de las fuentes renovables más accesibles para las familias y empresas. Su instalación, gestión y uso son relativamente sencillos. Basta comprobar, por ejemplo, cómo está creciendo la solar fotovoltaica y el apoyo administrativo en forma de subvenciones que recibe. La energía solar se divide en varios tipos en función de su procedencia y su procesamiento.
Energía solar térmica
Este sistema aprovecha el calor del sol. La radiación solar se convierte en energía térmica para calentar un fluido que puede ser utilizado como la calefacción o el agua caliente sanitaria. Existen dos tipos de centrales solares: las termoeléctricas y los parques fotovoltaicos. Los primeros son los que sacan partido de la energía solar térmica, pues calientan un fluido para obtener vapor de agua y mover una turbina que genera electricidad.
Los parques fotovoltaicos están conformados por paneles con células solares fotovoltaicas. En estas estructuras se produce el efecto fotoeléctrico, que es el sistema que da lugar a la energía solar fotovoltaica.
La energía solar térmica proporciona calor utilizando espejos que concentran los rayos solares para llegar a temperaturas de hasta 1.000 grados centígrados. Este calor se transforma en un fluido que es conducido mediante tuberías para el aprovechamiento en edificios e instalaciones o bien para producir energía solar termoeléctrica.
Energía solar fotovoltaica
La energía solar fotovoltaica permite obtener electricidad de manera directa a partir de la radiación solar. Existen diversos elementos, como el silicio, que son capaces de absorber las partículas lumínicas de los rayos solares y liberar electrones, generando así corriente eléctrica. Esto es el efecto fotoeléctrico.
Los paneles solares pueden instalarse tanto a nivel doméstico en casas y edificios, como en grandes instalaciones. La energía fotovoltaica no produce calor y no se puede almacenar, pero sí se puede verter el excedente a la red de consumo. Esto tiene grandes aplicaciones a nivel doméstico, pudiendo incluso llevar a instalaciones autosuficientes que no dependen de la red eléctrica.
Energía solar pasiva
Una tercera vía para aprovechar los rayos solares es la energía solar pasiva, que no requiere ningún tipo de mecanismo que la recoja y la trate. Es una fórmula muy simple, a priori, de sacar partido de la radiación, pero obliga a un trabajo de ingenio muy completo.
La arquitectura bioclimática tiene en esta fórmula uno de sus principios básicas. Consiste en el diseño de edificios e instalaciones, con materiales y orientaciones apropiados, que permita captar la energía del sol durante el día para aportar luz y calor a esos espacios. La idea es reducir la necesidad de climatización. Para ello hay que estudiar bien la ubicación de edificios, aislarlos correctamente, protegerlos frente a fugas y construir en una orientación adecuada.
La energía solar, en todas sus variantes, tiene como principal ventaja que es un recurso inagotable y renovable, reduce la dependencia de los combustibles fósiles y es muy competitiva. No obstante, no deja de ser una fuente intermitente, a la que solo se puede acudir ante condiciones ambientales concretas, presenta dificultades en su almacenamiento y requiere proyectos de inversión a gran escala que también causan un impacto ambiental considerable.