Paleontología
Encuentran el ancestro evolutivo más próximo de tres grandes grupos de animales actuales
Unos paleontólogos han descubierto el lugar que un raro gusano extinto ocupa en el árbol genealógico del reino animal. El hallazgo se ha hecho a partir de un fósil de hace 518 millones de años en buen estado de conservación, desenterrado en China.
La investigación la ha realizado un equipo que incluye a científicos de las universidades de Bristol y Oxford en el Reino Unido, el Museo Nacional de Historia Natural de París y la Universidad de Yunnan en China, entre otras instituciones.
Al gusano, de 1 centímetro y medio de largo, se le ha dado el nombre de Wufengella.
El reino animal consta de más de 30 tipos básicos de cuerpos, clasificados como filos. Cada filo alberga un conjunto de características anatómicas que lo diferencian de los demás. Solo unos pocos rasgos son compartidos por más de un grupo, lo que demuestra el rápido ritmo de evolución con el que se originaron estos grandes grupos de animales, en la época de la así llamada Explosión Cámbrica, hace unos 550 millones de años.
Los braquiópodos son un filo que se asemeja superficialmente a los bivalvos (como las almejas) por tener un par de conchas y vivir adheridos al fondo marino, a las rocas o a los arrecifes. Sin embargo, al observar su interior, los braquiópodos se revelan muy diferentes en muchos aspectos. De hecho, los braquiópodos filtran el agua mediante un par de tentáculos plegados en un órgano con forma de herradura. Este órgano se llama lofóforo.
Los braquiópodos comparten el lofóforo con otros dos grandes grupos, el de los foronídeos (o forónidos) y el de los briozoos. Los estudios moleculares (que reconstruyen los árboles genealógicos evolutivos mediante secuencias de aminoácidos) coinciden con las pruebas anatómicas de que los braquiópodos, los briozoos y los foronídeos tienen un grado de parentesco evolutivo entre ellos mucho mayor que el que tienen con otros grupos actuales. Por tal motivo, se les clasifica juntos en un conjunto llamado Lophophorata por su órgano filtrador.
Una reconstrucción de cómo debía ser en vida un individuo típico de Wufengella. (Ilustración: Roberts Nicholls, Paleocreations.com)
Gracias a los fósiles estudiados, los investigadores han podido comprender cómo los braquiópodos evolucionaron hasta tener dos conchas a partir de ancestros con muchas placas similares a conchas dispuestas en un cono o tubo. Ya se sospechaba que esas conchas pertenecían a un organismo capaz de desplazarse y no a uno limitado a permanecer fijo en un lugar y a tener que alimentarse con un lofóforo.
Wufengella pertenece a un grupo de fósiles del Cámbrico que es crucial para entender cómo evolucionaron los lofóforos. Es el de los tommótidos. Se sabe desde hace algún tiempo de la existencia de un grupo peculiar de tommótidos, el de los camenellanos.
Jakob Vinther (Universidad de Bristol) y sus colegas han demostrado en el nuevo estudio que Wufengella es un tommótido camenellano completo, lo que significa que revela cómo era anatómicamente el tan buscado ancestro gusano de los lofóforos.
El fósil cumple la predicción paleontológica de que el linaje ancestral de los lofóforos era un gusano acorazado y con locomoción.
El estudio se titula “A Cambrian tommotiid preserving soft tissues reveals the metameric ancestry of lophophorates”. Y se ha publicado en la revista académica Current Biology. (Fuente: NCYT de Amazings)