Geofísica
El colosal tsunami provocado por el asteroide que extinguió a los dinosaurios
El asteroide de unos 14 kilómetros de diámetro que cayó a la Tierra hace unos 66 millones de años excavó un cráter inmenso, provocó terremotos y erupciones volcánicas, lanzó material por los aires y generó infinidad de incendios, además de exterminar a cerca de las tres cuartas partes de la vida animal y vegetal del planeta. Pero también generó un tsunami de magnitud ciclópea, que ha sido investigado en un nuevo estudio.
Un equipo internacional integrado, entre otros, por Molly Range, Brian Arbic y Ted Moore, los tres de la Universidad de Michigan en Estados Unidos, revisó el registro geológico en más de 100 lugares de todo el mundo y lo que encontró ha servido para reforzar su reconstrucción hecha a partir de predicciones de modelos digitales sobre cómo avanzó el tsunami y qué potencia alcanzó.
Este tsunami fue lo suficientemente fuerte como para perturbar y erosionar los sedimentos de las cuencas oceánicas de medio mundo, dejando un vacío en los registros sedimentarios o un revoltijo de sedimentos más antiguos.
La revisión del registro geológico se centró en las "secciones límite", los sedimentos marinos depositados justo antes o después del impacto del asteroide y la subsiguiente extinción masiva, que cerró el periodo Cretácico.
Los autores del estudio calcularon que la energía inicial del tsunami del impacto fue hasta 30.000 veces mayor que la energía del tsunami del terremoto del Océano Índico de diciembre de 2004, que mató a más de 230.000 personas y que es uno de los mayores tsunamis del registro moderno.
Las simulaciones del equipo muestran que el tsunami de impacto se propagó principalmente hacia el este y el nordeste en el océano Atlántico Norte, y hacia el sudoeste a través del canal de América central (que en aquella época separaba América del Norte y América del Sur) en el océano Pacífico Sur.
El Atlántico Sur, el Pacífico Norte, el océano Índico y la región que hoy es el Mediterráneo quedaron en su mayor parte protegidos de los efectos más fuertes del tsunami, según los resultados de las simulaciones del equipo.
Atendiendo a las estimaciones más aceptadas sobre el tamaño y velocidad del asteroide, los autores del estudio establecieron en las simulaciones un diámetro de 14 kilómetros para el asteroide, y una velocidad de 12 kilómetros por segundo. Al alcanzar la base granítica del fondo marino en la costa, el asteroide excavó un cráter del orden del centenar de kilómetros de diámetro, hoy muy erosionado pero todavía identificable, que se conoce como el cráter de Chicxulub y que está situado en un borde de la península de Yucatán, en México.
Dos minutos y medio después del impacto del asteroide, un muro de material expulsado empujó el agua hacia el exterior desde el lugar del impacto, formando brevemente una ola de 4,5 kilómetros de altura que se redujo a medida que el material eyectado caía.
Diez minutos después de que el asteroide impactara en Yucatán, y a 220 kilómetros del punto de impacto, una ola de tsunami de 1,5 kilómetros de altura, con forma de anillo y propagándose hacia el exterior, comenzó a barrer el océano en todas direcciones, perdiendo altura progresivamente.
Siempre según la reconstrucción hecha por el equipo de Range, una hora después del impacto, el tsunami se había extendido fuera del golfo de México y hacia el Atlántico Norte.
Cuatro horas después del impacto, las olas del tsunami habían atravesado el canal de América Central y se habían adentrado en el Pacífico.
Veinticuatro horas después del impacto, las olas habían atravesado la mayor parte del Pacífico por el este y la mayor parte del Atlántico por el oeste y habían entrado en el océano Índico por ambos lados.
Reconstrucción, basada en las simulaciones de modelos digitales, del estado del tsunami global 24 horas después del impacto del asteroide. Con el código de color, se muestra en metros la perturbación en el nivel del mar en cada sector. (Imagen: Range et al., AGU Advances, 2022)
A las 48 horas del impacto, las olas del tsunami habían alcanzado la mayor parte de las costas del mundo.
El estudio se titula “The Chicxulub Impact Produced a Powerful Global Tsunami”. Y se ha publicado en la revista académica AGU Advances, de la AGU (American Geophysical Union). (Fuente: NCYT de Amazings)