Ingeniería oceanográfica
Boya inteligente para monitorizar el mar
En promedio, cada ballena azul captura 33 toneladas de carbono a lo largo de su vida. Este denominado 'servicio ecosistémico marino' reduce la presencia en la atmósfera de uno de los principales gases causantes del cambio climático global. Sin embargo, estos animales viven en constante amenaza por actividades humanas, en particular, el tráfico marítimo.
Actualmente, el 90% de las mercancías a nivel mundial son transportadas por vía marítima. Estas embarcaciones son cada vez de mayor tamaño y más rápidas, lo que aumenta la amenaza para las ballenas. La evidencia científica sugiere la importancia de avanzar hacia una regulación marítima que permita, por una parte, poner fin a las colisiones entre embarcaciones y ballenas, y, por otra, reducir el ruido que las embarcaciones generan.
El impacto acústico de la actividad humana en los ecosistemas marinos puede causar desorientación y afectación de la comunicación básica entre distintas especies, lo que repercute directamente en su alimentación o reproducción; y también lesiones auditivas, varamiento o incluso la muerte.
Para avanzar en soluciones concretas para la conservación de los océanos, el Ministerio de Medio Ambiente de Chile, la Fundación MERI y la Universidad Politécnica de Cataluña - BarcelonaTech (UPC), inauguraron recientemente, en el Golfo Corcovado, en Chiloé, Chile, la primera boya inteligente del proyecto The Blue BOAT Initiative, desarrollado por las tres instituciones durante más de dos años.
The Blue BOAT Initiative, un proyecto que incluye tecnología de inteligencia artificial, tiene como objetivo instalar y conectar en Sudamérica el primer sistema de alerta temprana de presencia de ballenas con boyas inteligentes capaces de alertar en tiempo real a las embarcaciones de la presencia de estos cetáceos. Dejará instalado en aguas marítimas próximas a Chile un sistema no solo para monitorizar la presencia de ballenas, sino también para escuchar el mar con una tecnología adaptable a muchos otros ecosistemas e industrias. El propósito principal del proyecto es monitorizar la actividad en los océanos para evitar posibles colisiones y otros impactos negativos del tráfico marítimo, realizar estudios oceanográficos para evaluar la salud de los océanos y valorizar los servicios ecosistémicos marinos asociados a las ballenas en el contexto del cambio climático.
![[Img #67212]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/10_2022/7534_boya-inteligente-para-monitorizar-el-mar.jpg)
Primera boya inteligente del proyecto The Blue BOAT Initiative, instalada en el golfo de Corcovado, en Chile. (Foto: UPC)
The Blue BOAT Initiative, presentada en la Conferencia por los Océanos de las Naciones Unidas 2022 (UN Ocean Lisboa), ha sido una de las soluciones concretas del Compromiso País 2022-2023 para la protección de los océanos en la Conferencia Our Ocean Palau 2022.
El sistema consta de boyas inteligentes equipadas con hidrófonos, sensores oceanográficos y transmisores con la tecnología LIDO (Listen To The Deep Ocean), desarrollada por un equipo liderado por Michel André, científico experto en bioacústica reconocido por el Premio Rolex 2002 por sus avances tecnológicos para monitorizar la contaminación acústica en ecosistemas marinos y terrestres. Además de dirigir el Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas (LAB) de la UPC, es fundador y presidente de The Sense of Silence Foundation (TSOF) y fundador de la empresa SONSETC Making Sense of Sounds.
La tecnología LIDO permitirá desarrollar un cartografiado acústico en tiempo real del hábitat marino y de su biodiversidad, así como monitorizar, en el tiempo, los efectos de actividades humanas sobre los ecosistemas naturales.
Las señales que emita la boya inteligente en el Golfo Corcovado serán recibidas en línea por la Armada de Chile, que será la institución encargada de alertar a las embarcaciones de la presencia de ballenas para el desvío de la ruta o la disminución de velocidad de los navíos.
La boyas, gracias a poseer sensores de temperatura, pH, salinidad, nutrientes, clorofila (a través de un fluorímetro) y oxígeno disuelto, podrán registrar las variaciones de esos parámetros en el océano. Estos datos servirán para elaborar estudios oceanográficos con indicadores del impacto del cambio climático en la biodiversidad marina. (Fuente: UPC)



