Farmacología
Drogas psicodélicas para tratar patologías psiquiátricas
La psilocibina, una sustancia capaz de generar alucinaciones, tiene también efectos útiles para la medicina. Gracias a esto último, se ha convertido en un fármaco potencialmente útil para varias enfermedades neuropsiquiátricas, presentando un inicio rápido de la actividad terapéutica. Sin embargo, ha sido poco lo que se ha venido sabiendo de los mecanismos responsables de tales efectos terapéuticos.
Investigadores del grupo Neuropsicofarmacología de la Universidad del País Vasco (Euskal Herriko Unibertsitatea), también integrado en el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), en España, han estudiado en profundidad el mecanismo de acción del alucinógeno psilocibina en ratones, a fin de conocer mejor tanto el mecanismo de acción subyacente en los efectos terapéuticos como los efectos secundarios no deseados de esa sustancia psicodélica. La psilocibina se encuentra en fases avanzadas de ensayos clínicos dirigidos al tratamiento de diferentes patologías psiquiátricas, tales como la depresión o las adicciones.
La psilocibina, presente de manera natural en algunas especies de hongos alucinógenos (hongos del género ‘Psilocybe’, entre otros), fue estudiada durante la década de 1960 para el tratamiento de diversos trastornos mentales, pero su uso y distribución quedaron prohibidos a partir de 1972. No obstante, en los últimos años, la comunidad científica ha retomado las investigaciones relacionadas con esa y otras sustancias de características similares, como el MDMA o el LSD. Los ensayos clínicos desarrollados tanto en Europa como en América están mostrando resultados prometedores. “Esos estudios han sido el desencadenante para la descriminalización de la psilocibina y otros alucinógenos con potencial terapéutico en los Estados Unidos, lo que supone un avance para una futura aprobación para su uso clínico por las diferentes agencias reguladoras, principalmente la Food & Drug Administration (FDA) y la European Medicines Agency (EMA)”, explica Ines Erkizia, investigadora predoctoral del grupo y primera autora del estudio.
Ines Erkizia. (Foto: Mitxi - UPV/EHU)
Los efectos agudos de la psilocibina y de su metabolito activo, psilocina, han sido ampliamente descritos tanto en entornos clínicos como por parte de usuarios en ambientes recreativos. Esos incluyen cambios en la percepción, como alucinaciones auditivas o visuales, y experiencias místicas o espirituales. Entre los efectos a largo plazo, los usuarios perciben cambios positivos en el humor y el estado de ánimo, lo cual podría suponer una mejora de la sintomatología de ciertas enfermedades psiquátricas. Los mecanismos subyacentes en esos efectos no son del todo conocidos, pero se han relacionado con incrementos de la plasticidad neuronal que parecen conllevar alteraciones en la conectividad de la corteza cerebral.
“Hemos confirmado un perfil farmacológico similar de psilocina en humanos y roedores -comenta la investigadora-. Además, se realizó un estudio farmacológico exhaustivo para identificar las dosis óptimas a utilizar en futuros estudios científicos de investigación básica y clínica. Nuestros hallazgos aportan datos valiosos sobre la implicación del sistema serotonérgico en los efectos de la psilocibina”, recalca Ines Erkizia.
Los resultados de esta investigación pueden proporcionar una nueva perspectiva sobre las dianas terapéuticas del fármaco de cara a futuros estudios clínicos.
El estudio se titula “Serotonin 5-HT2A, 5-HT2C and 5-HT1A receptor involvement in the acute effects of psilocybin in mice. In vitro pharmacological profile and modulation of thermoregulation and head-twitch response”. Y se ha publicado en la revista académica Biomedicine & Pharmacotherapy. (Fuente: UPV/EHU)