Energía solar
Solar fotovoltaica flotante
La importancia de las energías renovables es mayor cada día, a pesar de las pobres decisiones y bajos objetivos de las organizaciones internacionales, algo que vemos constantemente cuando se reúnen los dirigentes de muchos países para atajar el cambio climático mediante la reducción de emisiones de efecto invernadero.
Aun así, hay iniciativas que nos dan un rayo de esperanza. Y de ellas queremos hablar, especialmente sobre la energía fotovoltaica y, sobre todo, cuando aporta más de un beneficio, como es la fotovoltaica flotante.
¿Por qué instalar módulos fotovoltaicos sobre el agua?
Esto no es una decisión nueva, ni mucho menos. En otros países como China, Singapur, Taiwán, o más cercanos como Países Bajos ya disponen de huertas fotovoltaicas flotantes desde hace años. En España también hay algunas instalaciones de dimensiones medianas.
Por lo general, se encuentran en balsas de riego que implican a un solo propietario, aunque en muchas ocasiones son instalaciones solares de comunidades de regantes u organizaciones similares. Además, el uso de la electricidad es para el propio interesado, es decir, se trata de un autoconsumo. El motivo principal, pero no el único, para buscar estos lugares, es aprovechar cualquier espacio no utilizable para otras utilizaciones, como es la agricultura.
En el caso de embalses de agua, lagos o pantanos de titularidad pública aumenta la dificultad para realizar instalaciones fotovoltaicas. Ello es debido a que no está totalmente regulado por la legislación europea ni española.
Sin embargo, el Real Decreto-ley 6/2022, por el que se adoptan medidas urgentes en el marco del Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania, posibilita la instalación de huertas fotovoltaicas en el dominio público hidráulico.
Este Real Decreto cita textualmente: “por medio de este real decreto-ley se modifica la Ley de Aguas a fin de determinar el marco que ha de regir las concesiones administrativas precisas para la puesta en servicio de plantas solares fotovoltaicas ubicadas en el dominio público hidráulico, o sobre otras infraestructuras hidráulicas de titularidad de la Administración General del Estado o de los Organismos de cuenca y conectadas a las redes de transporte o distribución de energía eléctrica.”
Gracias a ello y al consenso de todas las Autoridades implicadas (Comunidades Autónomas, Confederaciones Hidrográficas y otras) se han establecido casi un centenar de embalses del dominio público hidráulico. Esto implica la declaración de 67 nuevas reservas hidrológicas, susceptibles de ser utilizadas para el aprovechamiento fotovoltaico.
Según portavoces del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, esto abre una oportunidad de aumentar la capacidad de generación eléctrica de origen renovable con una aportación adicional al mix renovable, fundamental para acelerar la transición energética y reducir la vulnerabilidad de nuestro país a situaciones excepcionales como la escalada de precios de los combustibles y la energía, causada por la guerra en Ucrania.
Fotovoltaica marina
A pesar de la dificultad que entrañan las instalaciones en el mar, debido a las mareas, las corrientes marinas, rutas de barcos, etc., también se está considerando para la instalación de sistemas fotovoltaicos.
El primer ejemplo que encontramos es la planta piloto que se realizó en el 2021 en el municipio de Frøya, situado en una isla de la costa occidental de Noruega. Esta instalación es relativamente grande, ya que ocupa una extensión de 6.400 metros cuadrados. Además, una particularidad es la plataforma flotante que se ha empleado, puesto que se eleva 3 metros sobre el mar.
Esta instalación es una prueba, para comprobar cómo afectan las condiciones ambientales a la propia instalación. Los continuos movimientos pueden afectar tanto a la estructura como a los propios módulos solares. Además, la corrosión también es un factor que se quiere avaluar, para mejorar todos los componentes de una instalación fotovoltaica marina y hacerla resistente durante un mínimo de 25 años.
Gracias a este proyecto piloto, se quiere evaluar las características que debería tener una instalación solar en el mar, de modo que sobreviva con un mínimo mantenimiento durante el tiempo operativo suficiente, que garantice su rentabilidad económica.
Por lo general, se buscan ubicaciones marinas cuando no hay posibilidad de utilizar otras localizaciones. Así, la costa noruega y todas sus islas están salpicadas de fiordos, rías y pequeños lagos que se conectan con el mar. Por ello, hay zonas en las que únicamente hay posibilidad de realizar pequeñas instalaciones de autoconsumo doméstico.
Otras ventajas de la fotovoltaica flotante
Aunque el principal objetivo de este tipo de instalaciones es la generación eléctrica distribuida, para su consumo en sus cercanías, también pueden aportar otros beneficios.
Aumento del rendimiento
Se ha comprobado que las instalaciones fotovoltaicas flotantes aumentan el rendimiento en un 2 o 3 % respecto a una instalación de similares características ubicada en tierra. Esto es debido a la refrigeración natural que ofrece el ambiente acuoso, junto con las corrientes de aire que se producen.
Ello tiene una explicación. Las celdas solares fotovoltaicas disminuyen su rendimiento con el aumento de su temperatura. Es por ello que se buscan maneras de refrigerarlas instalándolas con un poco de altura respecto al tejado o suelo. En una instalación flotante esa refrigeración es algo mayor, y por ello su rendimiento aumenta.
Menores costes
Los costes de producción y mantenimiento son más bajos que en una huerta solar similar montada en tierra. Además, se une una instalación y gestión más rápida que la terrestre. Todo ello compensa con creces los costes iniciales de inversión de las plantas flotantes.
Evaporación del agua
Un grave problema al que nos enfrentamos es la escasez de agua potable o potabilizable para consumo humano y para la agricultura. Ante este problema se están llevando a cabo iniciativas como cubrir las balsas de agua con bolas de plástico. Su objetivo es evitar la incidencia directa de los rayos del sol sobre el agua, y de ese modo minimizar la evaporación.
La instalación de plantas fotovoltaicas flotantes en embalses, lagos o balsas de riego favorece que no se evapore tanta agua, ya que estamos poniendo una sombrilla sobre ella, lo que evita que su temperatura aumente en exceso.