Neurología
Cada tipo de actividad cerebral puede ser intensificada mediante luz de color específico
Un estudio revela la gran influencia que puede tener en nuestro cerebro el color de la luz monocromática al que nos expongamos. La luz verde promueve una pauta cerebral, la roja, otra, y así sucesivamente.
La investigación creciente en el campo de la fotoestimulación indica que la exposición a la luz puede tener un efecto positivo para tratar diferentes problemas relacionados con la salud, como la astenia primaveral, la interrupción del ritmo circadiano e, incluso, trastornos bipolares y el Mal de Alzheimer.
Sin embargo, se ha venido arrastrando mucho desconocimiento sobre cómo afecta la exposición a la luz monocromática a las diversas áreas cerebrales. Para avanzar en este campo, un grupo de investigadores de la Facultad de Óptica y Optometría de Terrassa (FOOT) de la Universidad Politécnica de Cataluña - BarcelonaTech (UPC) ha llevado a cabo un estudio piloto en el que demuestran que con tan solo un minuto de exposición a la luz azul, verde o roja se puede llegar a modificar la conectividad funcional de una amplia gama de redes neuronales o regiones cerebrales, tanto visuales como no visuales.
Así, según los investigadores, cada uno de los patrones de conectividad cerebral parece estar más dispuesto a funcionar mejor en tareas asociadas a dominios cognitivos específicos: la exposición a la luz azul activa las áreas ligadas a la atención y al ritmo circadiano, la exposición a la luz verde mejora la atención visual, mientras que la exposición a la luz roja influye en áreas como la memoria.
El estudio ha estado coordinado por el investigador Marc Argilés, profesor de la FOOT, y ha contado con la participación de los estudiantes Bernat Sunyer y Silvia Arteche, del programa de Doctorado en Ingeniería Óptica de la UPC. El estudio ha estado financiado por el Colegio Oficial de Ópticos Optometristas de Cataluña (COOOC) y ha contado con la participación del Barcelona Beta Brain Research Center (BBRC) de la Fundación Pasqual Maragall y del doctor Cleofé Peña Gómez, de la empresa Netdatica. Asimismo, ha recibido el apoyo de la Asociación Catalana de Optometría y Terapia Visual (ACOTV).
El estudio piloto se ha desarrollado con la participación de siete pacientes, cuatro mujeres y tres hombres de entre 21 y 33 años, a quienes se expuso durante un minuto cada semana a cada una de las tres longitudes de onda correspondientes a la luz azul, verde y roja. La exposición se realizó mediante instrumentos de exposición lumínica cedidos por el Centro de Optometría Mataró, que previamente fueron estudiados y caracterizados a nivel óptico (longitud de onda, irradiancia y densidad fotónica) en la FOOT, con la colaboración de la profesora Elisabet Pérez.
De forma simultánea a la exposición de los pacientes a las diferentes luces monocromáticas, se realizaron mediciones de resonancia magnética funcional, unas pruebas que han permitido observar cómo, con tan solo 60 segundos de estimulación lumínica, la conectividad cerebral se veía modificada a corto plazo en todos los participantes y en las mismas regiones cerebrales: “Hemos observado una disminución global de conectividad funcional en todas las redes neuronales, excepto en la red atencional ligada a la prominencia, después de la exposición a la luz azul; un aumento global de la conectividad funcional después de la exposición a la luz verde, especialmente notable en el hemisferio izquierdo, y una disminución de la conectividad funcional en las redes de atención, junto con un aumento de la conectividad funcional en la red en modo predeterminado, después de la exposición a la luz roja”, explican los autores del estudio.
Prueba de resonancia magnética funcional realizada a un paciente, de forma simultánea a la exposición a las diferentes luces monocromáticas. (Foto: UPC)
“El estudio abre nuevas vías de investigación para entender mejor el impacto de la estimulación lumínica en la función cerebral y su aplicación en diversas disciplinas de la salud, no solo por tratar posibles disfunciones visuales, sino también síntomas de depresión, alteraciones de los ritmos circadianos, migrañas o trastornos de la memoria o la atención”, concluyen los investigadores.
El estudio se titula “Functional connectivity of brain networks with three monochromatic wavelengths: a pilot study using resting-state functional magnetic resonance imaging”. Y se ha publicado en la revista académica Scientific Reports. (Fuente: UPC)