Paleontología
Los distintos caminos evolutivos de tiranosaurios y abelisáuridos
Obviamente los brazos cortos pero gruesos del Tyrannosaurus rex no servían para el combate cuerpo a cuerpo. Pero las extremidades delanteras de los abelisáuridos, del hemisferio sur, estaban aún menos preparadas en ese aspecto.
Cuando los tiranosaurios y sus parientes evolutivos deambulaban por América del Norte y Asia, los abelisáuridos ocupaban un nicho ecológico similar en la Patagonia y en otras zonas de Gondwana, un antiguo supercontinente. Eran los depredadores dominantes en el hemisferio sur y se asemejaban a los tiranosáuridos en su aspecto general, pero sus cráneos inusualmente cortos y altos eran únicos. Esta forma anatómica peculiar sugiere que esos animales eran capaces de propinar una mordedura muy potente.
En otro aspecto, sin embargo, sus homólogos del Norte estaban mejor equipados. Aunque eran bastante cortos, los brazos del Tyrannosaurus rex eran mucho más fornidos que los de los abelisáuridos.
Los abelisáuridos eran un grupo muy diverso y ampliamente distribuido durante el Cretácico, pero sus orígenes son todavía un enigma. El material fósil de la Patagonia que representa una nueva especie de abelisáurido, aporta algunos datos esclarecedores sobre su evolución temprana. El espécimen es del Periodo Jurásico, y 40 millones de años más antiguo que cualquier otro abelisáurido conocido.
El Paleontólogo Oliver Rauhut de la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich en Alemania y su colega argentino Diego Pol del Museo Paleontológico Egidio Feruglio en Argentina, han descubierto que la tendencia a la reducción paulatina de las extremidades superiores en los abelisáuridos debió comenzar en una etapa temprana de la historia evolutiva del grupo.
Rauhut y Pol le han dado a la nueva especie el nombre de Eoabelisaurus mefi.![[Img #8800]](upload/img/periodico/img_8800.jpg)
El nuevo hallazgo revela que el linaje de los abelisáuridos es más antiguo de lo que se creía. El motivo de que se sepa tan poco de él, es que el registro fósil de los dinosaurios depredadores del hemisferio sur está muy incompleto, especialmente para el período comprendido entre mediados del Jurásico y comienzos del Cretácico.
Los investigadores también se sorprendieron al comprobar que el Eoabelisaurus evolucionó en el supercontinente Pangea antes de que éste se fragmentase y acabara dando lugar a los continentes que hoy conocemos. Sin embargo, los abelisáuridos no se distribuyeron globalmente.
Una posible explicación, según argumenta Pol, es que un enorme desierto en Pangea Central impidió la dispersión del grupo hacia el norte, confinando su evolución al hemisferio sur. Recientes estudios geológicos, junto con resultados de simulaciones mediante modelos climáticos, apoyan la existencia de tal barrera geográfica.



