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Redacción
Martes, 11 de Abril de 2023
Química y medioambiente

La amenaza de las PFAS, sustancias contaminantes casi eternas

Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés), macabramente apodadas “sustancias eternas” por lo mucho que perduran en el medioambiente después de desecharse los productos de los que forman parte, son un amplio grupo de sustancias que hacen que determinados productos sean antiadherentes o resistentes a las manchas. Hay más de 4.700 PFAS en uso, sobre todo en impermeables, utensilios de cocina antiadherentes, repelentes de manchas y espumas contra incendios. En años recientes, se han realizado investigaciones cuyos resultados hacen sospechar que hay sustancias de esa clase que promueven enfermedades cardiovasculares, retrasos en el desarrollo, alteraciones hormonales, cáncer y otros problemas de salud.

 

En los últimos 20 años, los valores orientativos máximos aceptables de PFAS en el agua potable han disminuido drásticamente debido a los nuevos conocimientos sobre su toxicidad. Como resultado, los niveles de estos compuestos en el medioambiente están ahora muy por encima de los niveles orientativos máximos aceptables.

 

En un estudio realizado por el equipo de Jesse A. Goodrich, de la Universidad del Sur de California en Estados Unidos, cuyos resultados se presentaron hace dos meses, se llegó a la conclusión de que la exposición a ciertas combinaciones de PFAS altera varios procesos biológicos críticos, incluido el metabolismo de las grasas y los aminoácidos, tanto en niños como en adultos jóvenes. La alteración de estos procesos biológicos está relacionada con un mayor riesgo de padecer una amplia gama de enfermedades, como trastornos del desarrollo, enfermedades metabólicas, muchos tipos de cáncer y alteraciones en la actividad de la hormona tiroidea.

 

El estudio se titula “Metabolic signatures of youth exposure to mixtures of per- and polyfluoroalkyl 2 substances: A multi-cohort study”. Y se ha publicado en la revista académica Environmental Health Perspectives.

 

Goodrich y otros de sus colegas ya presentaron en agosto de 2022 los resultados de un estudio previo, según los cuales al menos una de las PFAS parece ser capaz de promover el carcinoma hepatocelular no vírico, el tipo más frecuente de cáncer de hígado.

 

Investigaciones previas en animales ya habían sugerido que la exposición a las PFAS incrementa el riesgo de cáncer de hígado, pero este fue el primer estudio en confirmar una asociación utilizando muestras humanas. El estudio se titula “Exposure to Perfluoroalkyl Substances and Risk of Hepatocellular Carcinoma in the Multiethnic Cohort: A Proof-of-Concept Analysis“. Y se publicó en la revista académica JHEP Reports.

 

En febrero de 2023, el equipo de Drake Phelps, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte en Estados Unidos, presentó públicamente los resultados de un estudio según los cuales al menos una PFAS bloquea una acción de los neutrófilos (glóbulos blancos del sistema inmunitario) que sirve para matar patógenos invasores. Ese estudio constituyó un importante paso hacia el esclarecimiento pleno de cómo las PFAS perjudican al sistema inmunitario innato.

 

Ese estudio se titula “Legacy and Emerging Per- and Polyfluoroalkyl Substances Suppress the Neutrophil Respiratory Burst”. Y se publicó en la revista académica Journal of Immunotoxicology.

 

Uno de los estudios con resultados más inquietantes sobre lo mucho que se han propagado las PFAS por el medioambiente es el presentado públicamente en 2022 por el equipo internacional de Ian T. Cousins, de la Universidad de Estocolmo en Suecia.

 

El estudio confirma que las PFAS retiradas del mercado hace años apenas han disminuido en la atmósfera, debido a lo mucho que pueden perdurar en ella. La presencia global de PFAS en la atmósfera ha hecho que esas sustancias aparezcan incluso en el agua de lluvia caída en regiones tan remotas como la Antártida o la meseta Tibetana.

 

Tal como comenta Cousins, si nos atenemos a las últimas directrices estadounidenses sobre los niveles máximos aceptables de una parte de las PFAS en el agua potable, el agua de lluvia de todo el mundo se consideraría no potable. Aunque en muchas partes del mundo el agua destinada al consumo humano no llega a los consumidores sin un tratamiento previo que garantice su potabilidad, hay regiones de la Tierra en las que el agua de lluvia es consumida directamente, al creerse que su consumo es razonablemente seguro, como lo era en el pasado. Esto resulta preocupante, a la luz de los últimos hallazgos.

 

El estudio realizado por Cousins y sus colegas se titula “Per- and polyfluoroalkyl substances (PFAS) define a new planetary boundary for novel entities that has been exceeded”. Y se publicó en la revista académica Environmental Science & Technology.

 

Entre tantas investigaciones deprimentes sobre las PFAS, hay al menos una esperanzadora:

 

Recientemente, el equipo de Madjid Mohseni y Fatemeh Asadi Zeidabadi, de la Universidad de la Columbia Británica (UBC) en Canadá, ha inventado un nuevo tratamiento que retira con gran eficacia esas sustancias químicas “eternas” del agua destinada al consumo humano.

 

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Fatemeh Asadi Zeidabadi manejando equipamiento empleado en el nuevo método de descontaminación. (Foto: Mohseni Lab / UBC. CC BY)

 

Aunque existen tratamientos que se utilizan ampliamente, no capturan con suficiente eficacia todos los diferentes PFAS, o requieren un tiempo de tratamiento muy largo, lo que dificulta su uso práctico en muchos casos.

 

En los ensayos con la nueva técnica, se ha comprobado que hasta el 99 por ciento de partículas de PFAS quedan capturadas. Tras quedar atrapadas, son destruidas mediante técnicas electroquímicas y fotoquímicas especiales, también desarrolladas en el laboratorio de Mohseni.

 

El material empleado para la captura en el nuevo sistema puede ser regenerado y reutilizado.

 

Todo esto significa que tras limpiar el agua de PFAS, no persiste ningún residuo tóxico sólido que deba ser almacenado para evitar que contamine el medioambiente.

 

Aunque en países como Canadá, las PFAS ya no se fabrican, todavía persisten en numerosos productos o directamente en el medioambiente como consecuencia de su liberación al desecharse los productos de los que formaban parte.

 

Mohseni y sus colegas exponen los detalles técnicos de su nuevo método de descontaminación en la revista académica Chemosphere, bajo el título “Electrochemical degradation of PFOA and its common alternatives: Assessment of key parameters, roles of active species, and transformation pathway”. (Fuente: NCYT de Amazings)

 

 

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