Psicología
Uso obsesivo de redes sociales para saber qué hacen los demás
Un equipo internacional ha estudiado los factores que intervienen en la aparición de un uso obsesivo de redes sociales por los jóvenes para saber qué hacen sus amistades y demás gente de su entorno.
El equipo lo integran Christiane Arrivillaga de la Universidad de Málaga en España, Jon D. Elhai y Caleb J. Hallauer de la Universidad de Toledo en Estados Unidos, y Christian Montag, de la Universidad de Ulm en Alemania.
El estudio analiza cómo la desregulación emocional y el ‘FOMO’ (por las siglas en inglés de “Fear of Missing Out”, entendido este último como el miedo a perderse experiencias, unido a la necesidad de estar online para saber qué es lo que hacen otras personas, actúan como predictores del posible uso problemático del teléfono móvil entre los jóvenes.
Según este trabajo, presentar dificultades para la regulación emocional (falta de claridad y conciencia emocional, negación de la emoción…), aumenta la probabilidad de sentir ‘FOMO’, lo cual puede elevar el riesgo de un uso excesivo y problemático de los dispositivos móviles.
La investigación se llevó a cabo con cerca de 350 estudiantes universitarios de la zona medio-oeste de los Estados Unidos. Los resultados indican que la dificultad para controlar los impulsos cuando se sienten emociones negativas es entre los jóvenes el factor de regulación emocional más relevante que explica mayores niveles de ‘FOMO’.
“Las redes sociales muestran a través de la pantalla experiencias casi en directo de las que el usuario del dispositivo no está formando parte, generándole malestar y preocupación por no estar allí en ese momento”, señala Arrivillaga.
![[Img #68422]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/05_2023/829_uso-obsesivo-de-redes-sociales-para-saber.jpg)
El miedo a perderse experiencias, unido a la necesidad de estar online para saber qué es lo que hacen otras personas, actúan junto con la desregulación emocional como predictores del posible uso problemático del teléfono móvil entre los jóvenes. En el nuevo estudio se ha profundizado en ello. (Foto: Universidad de Málaga)
Este estudio demuestra, por tanto, que la utilización abusiva del móvil podría basarse en una necesidad psicológica que no está satisfecha y que se vincula a un miedo profundo al rechazo social.
La experta asegura que la mejor forma de “amortiguar” estos efectos es “entrenar” la inteligencia emocional con estrategias que mejoren la atención emocional, a partir de la identificación de indicadores de la alteración física, acompañados de estrategias de regulación, como la respiración, para evitar la reacción impulsiva.
En este sentido, la investigadora añade que tener dificultades para controlar impulsos no es estrictamente lo mismo que ser impulsivo, que es un rasgo de la personalidad, “por ello se pueden dedicar esfuerzos para brindar herramientas a las personas que les ayuden a manejar los estados de ánimo más negativos, lo cual también ayudaría a reducir el ‘FOMO’ y, por tanto, el uso problemático del móvil y sus consecuencias asociadas”.
El estudio se titula “Emotion dysregulation factors associated with problematic smartphone use severity: The mediating role of fear of missing out”. Y se ha publicado en la revista académica Addictive Behaviors. (Fuente: Universidad de Málaga)



