Paleontología
El tiburón más grande que ha existido ¿era de sangre caliente?
El megalodón, ya extinto, es el tiburón más grande de entre todos los conocidos que existen o han existido. Es famoso, entre otras cosas, por sus dientes del tamaño de manos humanas adultas. Una investigación reciente ha buscado una respuesta definitiva a la pregunta de si esta bestia marina era de sangre fría, como la mayoría de los tiburones, o, por el contrario, de sangre caliente.
El estudio lo ha llevado a cabo un equipo integrado, entre otros, por Robert Eagle, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), y Michael L. Griffiths, de la Universidad William Paterson de Nueva Jersey, en Estados Unidos ambas instituciones.
El megalodón vivió en tiempos del Plioceno, que comenzó hace 5,33 millones de años y terminó hace 2,58 millones de años. El animal se extinguió hace unos 3,6 millones de años.
Tras analizar isótopos en el esmalte dental de restos de este antiguo tiburón, los autores del estudio han llegado a la conclusión de que el megalodón podía mantener una temperatura corporal que era unos 7 grados centígrados más cálida que el agua circundante.
Esa diferencia de temperatura es mayor que las que se han determinado para otros tiburones que fueron contemporáneos del megalodón y es lo suficientemente grande como para clasificar a los megalodones como animales de sangre caliente.
![[Img #68907]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/06_2023/997_el-tiburon-mas-grande-que-ha-existido-era.jpg)
Recreación artística de un megalodón cazando. (Ilustración: Alex Boersma / PNAS)
Aunque ser de sangre caliente puede resultar una gran ventaja para muchas cosas, también exige un mayor gasto energético y eso puede resultar problemático en determinadas situaciones. Esto último parece que acabó teniendo consecuencias muy negativas para el megalodón. Los resultados del estudio sugieren que la cantidad de energía que el megalodón utilizaba para mantenerse caliente contribuyó de manera notable a su extinción.
Ser de sangre caliente permitía al megalodón hacer cosas como moverse más deprisa. Sin embargo, un enfriamiento global que se desencadenó en su época causó transformaciones ecológicas, incluyendo una mayor presión de competidores, a las que esta bestia no pudo adaptarse.
Mantener un nivel de energía que permitiera la elevada temperatura corporal del megalodón requería comer mucho, y el tiburón dejó de tener a su disposición la cantidad de comida necesaria. No poder cazar lo que necesitaba para subsistir lo abocó a la extinción.
El estudio se titula “Endothermic physiology of extinct megatooth sharks”. Y se ha publicado en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). (Fuente: NCYT de Amazings)



