Internet
Más allá de la nube: la futura infraestructura de cómputo y almacenamiento
Innovaciones tecnológicas como la computación en la nube, la internet de las cosas, el big data y las redes wifi han supuesto aplicaciones inimaginables hace unas décadas y un incremento de la calidad de vida, una mejora en las decisiones comerciales gracias al análisis de datos, etcétera. Esto ha supuesto nuevos paradigmas computacionales, como la computación en la nube, la computación en la niebla (‘fog computing’), la computación en el borde (‘edge computing’) y la cadena de bloques (blockchain).
En este contexto, el proyecto EDGEDATA-CM, del que el Instituto IMDEA Networks de España ha formado parte, con Antonio Fernández Anta como investigador principal, ha trabajado para proponer nuevas arquitecturas y soluciones híbridas que combinen estas computaciones. Como destaca Fernández Anta: “El principal reto al que se enfrentaba el proyecto era avanzar en la integración sin fisuras de la computación en la nube, del edge computing y del fog computing, desde el punto de vista de los usuarios finales. Esta integración se identificó como muy importante cuando se concibió el proyecto, y lo es cada vez más. De hecho, ha recibido un nombre: edge to cloud continuum”.
“El proyecto (continúa el investigador) ha avanzado en un problema fundamental: cómo realizar la integración de estas computaciones que será, muy probablemente, la infraestructura de cómputo y almacenamiento que prevalecerá en la próxima década, y cualquier aporte que lleve a su desarrollo será fundamental. En IMDEA Networks tratamos el problema de la confianza. En un sistema en la nube, las personas usuarias tienen una sola entidad con la que tratar, el proveedor de la nube. Cuando se mezclan la nube, el borde y la niebla, tenemos múltiples entidades que deben colaborar para brindar un mejor servicio al usuario/a final, pero que pueden tener intereses comerciales y económicos en competencia…”.
En este contexto, el proyecto ha permitido el desarrollo de tecnología distribuida para compartir datos de manera confiable. Los investigadores han definido y preparado estructuras de datos que generalizan registros distribuidos (como blockchains), pero que son mucho más escalables y garantizan un mayor nivel de consistencia que los sistemas existentes.
El esfuerzo colectivo ha supuesto un significativo avance, tal como subraya Fernández Anta: “Gracias a la colaboración entre grupos de investigación con competencias y capacidades diferentes, mejorará la calidad de la experiencia de los usuarios finales. La integración de ‘nube-edge-fog’ les da la posibilidad de tener lo mejor de cada mundo, ajustado a las necesidades correspondientes. Por ejemplo, cuando se utilicen servicios de streaming sensibles a la latencia se empleará la computación de borde, mientras que la nube se utilizará cuando se necesite computación de alto rendimiento, y el cambio de uno a otro se hará automáticamente y no será visible para el público”.
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Recreación artística simbólica de la infraestructura informática futura más allá de la nube y su alcance global. (Ilustración: Amazings / NCYT)
Los resultados tangibles del proyecto incluyen las nuevas tecnologías desarrolladas, pruebas de concepto de implantación de muchas de estas tecnologías, e incluso su integración en los nuevos productos de varias empresas con las que los investigadores mantienen una estrecha colaboración. En todo caso, queda camino por recorrer, ya que la integración de la nube y el borde, tal y como se propone en el proyecto, no se ha llevado a cabo en su totalidad, y aún quedan aspectos de investigación por resolver al respecto. “El trabajo de los investigadores de IMDEA Networks en particular (añade Fernández Anta) consiste en explorar nuevos objetos concurrentes que puedan utilizarse para coordinar agentes en competencia, y construir nuevos servicios con ellos”. (Fuente: IMDEA Networks)



